De Berlín a Bratislava, los europeos han protestado incansablemente ante los reportes que hablan de salarios relativamente altos y beneficios de los que gozarían los trabajadores griegos, cuyo legendario estilo de vida relajado es acusado de ayudar a poner de rodillas a la zona euro.
Prestamistas internacionales han presionado a Atenas para reducir los 750 euros mínimos mensuales de salario a fin de impulsar la competitividad, un llamado que ha sido recibido con beneplácito por alemanes, franceses y otros votantes en el área monetaria, los que están molestos por el rescate a Grecia.
Pero para personas como Theonas George, editor de una revista, ese piso salarial es un mito, debido a que la suya y otras empresas utilizan la crisis para eludir las normas legales, destrozando acuerdos salariales colectivos y obligando a los empleados a firmar contratos de trabajo.
"No puedo pagar mis cuentas y ya no puedo vivir sin el apoyo de mis padres", dice Theonas, de 33 años, cuya empresa modificó su contrato de permanente a temporal, por lo que gana 700 euros al mes por trabajar 12 horas al día durante siete días a la semana.
"No estoy buscando un nuevo trabajo. No hay ningún lugar donde ir. Esto es Grecia", comenta.
Pero podría decirse que Theonas es un afortunado. Otros ganan tan sólo 300 euros al mes en virtud de contratos como estudiantes en práctica que se extienden por años, a pesar de hacer trabajos a tiempo completo.
El desempleo en Grecia se encuentra ahora en un nivel ríécord del 18.4 % y los trabajadores se ven obligados a quedarse en sus puestos laborales, ya que sus empleadores dicen que miles de personas más esperan por sus empleos.
"La mayoría de mis amigos está desempleada. Sólo oigo de personas que pierden sus puestos de trabajo. ¿Quíé opción tengo?", se pregunta Theonas.
Antes de renunciar este mes para dar paso a un Gobierno de unidad, el ex primer ministro George Papandreou presionó en el Parlamento para lograr nuevos recortes en las pensiones y en los salarios, permitiendo que las empresas ignoren los convenios que normalmente fijan sueldos mínimos para sectores específicos.
Los griegos estallaron en protestas. Más de 100,000 personas salieron a las calles durante 48 horas en las mayores huelgas realizadas en años, dejando el centro de Atenas cubierto de adoquines rotos y contenedores de basura ardiendo tras las jornadas de disturbios.
Los sindicatos dijeron que Grecia iría hacia una "espiral de muerte" y de contracción económica si el Gobierno continuaba recortando los salarios, aumentando los impuestos y permitiendo los despidos.
"Si seguimos así, es seguro que el desempleo se multiplicará. Vamos a hablar de trabajadores 'muertos vivientes' por apoyar a sus familias con 500 euros al mes", dijo Nikos Kioutsoukis, secretario general del sindicato del sector privado GSEE, que representa aproximadamente a la mitad de los cuatro millones de trabajadores del país.
Sin sistema de bienestar
En un país pobre de la zona euro como Eslovaquia, los políticos de la coalición gobernante utilizaron el salario mínimo oficial de Grecia, que casi supera los ingresos de la media eslovaca, como un argumento clave en una campaña contra la ampliación del fondo de rescate del bloque, algo que casi torpedea la iniciativa.
Ese argumento ignora los hechos en la economía real.
Casi uno de cada cuatro asalariados griegos trabaja de forma ilegal, sin un sistema de bienestar.
Cerca del 10 por ciento de los 3.5 millones de trabajadores del sector privado del país ha sufrido recortes salariales, y la mitad de los 537,000 nuevos contratos firmados entre enero y septiembre fueron a tiempo parcial o flexible, según cifras del Gobierno.
En el mismo período, más de 42,000 contratos a tiempo completo se convirtieron a tiempo parcial u otras formas de trabajo flexibles.
"Los trabajadores están aterrorizados (...) Los empleadores les dicen que si no firman acuerdos para ganar menos, van a conseguir a alguien más de los miles que están en espera", dijo Kioutsoukis.
Se espera que los acreedores oficiales de Grecia en el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea sigan luchando por un salario mínimo inferior, con la esperanza de que esto aumente el empleo y la competitividad.
Esto indudablemente pondrá más presión sobre los hogares griegos. Según Eurostat, una cuarta parte de las familias de ese país sufre privaciones y la incapacidad de pagar cosas que por lo general disfruta el resto de la sociedad.
Este es el más alto nivel entre los Estados de la Unión Europea que se unieron al bloque antes la expansión oriental en 2004.
Defensores de los derechos laborales dicen que la presión para reducir el salario mínimo oficial repercutirá en toda la economía, reformando profundamente la forma en que a los griegos se les paga por su trabajo.
"Será como la liberación de un animal de su jaula. Nuestros salarios están cayíéndose. Si el acuerdo nacional de salarios se suprime tambiíén en el papel, no habrá respeto por los trabajadores", dice Afroditi Lemoni, un publicista de 30 años que ha visto su sueldo recortado dos veces desde el 2009.