El viceprimer ministro chino, Wang Qishan, exigió ayer a EE UU la adopción de medidas para afrontar una recesión económica global que calificó de "segura" y "crónica". En un encuentro con el secretario de Comercio de EE UU, John Bryson, Qishan advirtió que si EE UU no corrige los desequilibrios (en clara alusión a la deuda y el díéficit acumulados por EE UU), "podemos estar seguros de una cosa: que la recesión económica global causada por la crisis financiera internacional será crónica".
Wang, uno de los cuatro viceprimeros ministros que asesoran al jefe de Gobierno, Wen Jiabao, sugirió ayer, en el marco de la reunión celebrada en Chengdu (Sichuan), que una recuperación desequilibrada siempre será mejor que una recesión equilibrada. "Las condiciones económicas globales siguen siendo desalentadoras y asegurar la recuperación económica es la prioridad primordial", señaló.
A principios de este año, China se ha convertido en la segunda potencia económica del mundo, superando a Japón, lastrada por una díécada de estancamiento, y ya pisa los talones a EE UU, cuyo crecimiento se ha visto frenado por sus desequilibrios macroeconómicos.
"El desarrollo estable de los dos países aportará contribuciones positivas al resto del mundo. China está preparada para ampliar su cooperación económica con EE UU", dijo. Pese a que sigue creciendo muy por encima del resto de economías, el ritmo de crecimiento del PIB se ha desacelerado desde el 9,7% del primer trimestre hasta el 9,1% del tercero.
No a los estímulos
El primer ministro británico, David Cameron, rechazó ayer la adopción de estímulos para salir de la crisis. Pese a reconocer que el cumplimiento del díéficit frena el crecimiento, Cameron advirtió que un estímulo fiscal temporal sería "peligrosamente equivocado".