Mezclar la palabra banca con cualquier país de la periferia de Europa es un cóctel explosivo. Más si se trata de Grecia, Portugal, España e Italia. Pese a ello, hay grupos financieros que se atreven con ese difícil trago. Eso es lo que lo que ha pasado a Banco Santander, al que se le ha indigestado una una ampliación de capital de Banca Popolare de Milano que se comprometió a vender entre sus clientes.
Banca Popolare de Milano es el banco cooperativo más antiguo de Italia y el sexto en el ránking de entidades de críédito del país transalpino. Como el resto, está pasando por una situación delicada, lo que le llevó a tener que pedir ayuda estatal. Su beneficio se hundió un 98% en el segundo trimestre, lo que le llevó a tener que acudir al mercado para recapitalizarse por la vía de la urgencia.
El problema es que lo hizo en pleno derrumbe de la solvencia de Italia, con la prima de riesgo en máximos históricos y con Silvio Berlusconi camino del retiro forzoso. Pese a ello, la entidad puso en marcha una ampliación de capital de 840 millones, con un precio por acción de 0,30 euros, lo cual suponía un descuento del 40% sobre el valor en bolsa del banco.
La operación parecía tan atractiva para los compradores que ocho grandes brokers europeos se comprometieron a colocarla a cambio de una comisión. Es lo que se conoce como contrato de aseguramiento, documento por el que, en caso de no conseguir vender todas las acciones de la ampliación de capital, los aseguradores asumen el riesgo de ‘comerse’ los títulos sobrantes contra sus balances.
El grupo de valientes eran Barclays, BNP Paribas, Sociíétíé Gíéníérale, Royal Bank of Scotland, ING –casi todos ellos auxiliados por el Estado de una u otra manera-, Nomura, Mediobanca y Banco Santander. Pero entre los ocho no encontraron compradores suficientes para absorber la emisión de 840 millones. Cerca 150 millones se quedaron sin vender, casi el 20% de la ampliación de capital, por lo que los ocho aseguradores se han tenido que repartir la indigestión.
Fuentes próximas al banco español explican que la ampliación de capital todavía no ha terminado porque en diciembre habrá una segunda parte consistente en una subasta de derechos. Pero fuentes cercanas a la operación matizan que en el mejor de los caso se llegaría al 90% del importe total de la emisión.
Un mal trago al cual hay que añadir el enfado de los clientes de estas instituciones, ya que la acción de Banca Popolare de Milano ya cotiza por debajo del precio de la colocación. En concreto, un 13%, una píérdida que ya pesa en las carteras de los fondos institucionales de los citados brókers.
Lo curioso de estos colocadores es que la mayoría tenían recomendaciones negativas sobre BPM. Empezando por el propio Santander, que sugería a sus clientes infravalorar el banco italiano. Nomura tambiíén creía que lo mejor era reducir posiciones en esta entidad, mientras que RBS aconsejaba directamente vender sus títulos y no asumir ningún tipo de riesgo.