La rama portuguesa de Sacyr Vallehermoso, Somague, ha intensificado su actividad en Angola para diversificar y superar las difíciles condiciones que atraviesa el mercado luso de la construcción. El grupo español llegó a facturar 800 millones por obras en el país vecino en 2007, cifra que ha ido cayendo hasta los 615 millones en 2008, 486 millones en 2009 y 476 millones en 2010.
Al cierre de septiembre, la cifra de negocio internacional de Sacyr Vallehermoso era de 1.090 millones, de los que el 33% depende de Portugal y un 16% se debe ya a Angola, donde continúa avanzando.
Con presencia en el país centroafricano a travíés de la firma de servicios Valoriza y de la constructora Somague Engenharia, Sacyr ha sumado en las últimas semanas contratos por 120 millones de euros, lo que implica duplicar la cartera de obra en ese país y llevarla hasta los 243 millones, según reconocen fuentes del grupo constructor (la cartera era de 250 millones a mediados de año, pero había ido mermando hasta la mitad en los últimos meses al ritmo que se ejecutaban las obras).
En concreto, Somague se hará cargo de la segunda fase del Instituto Medio de Artes Escíénicas por 29,9 millones, un centro del que ya ejecutó la primera fase por 17 millones de euros. De un volumen semejante es el proyecto de construcción del aeropuerto internacional de Cutumbela, encargado a Somague por la Empresa Nacional de Exploración de Aeropuertos y Navegación Aíérea por 28 millones.
Y de menor porte son otros encargos firmados en fechas recientes para mejoras en el aeropuerto de Luanda por 17 millones, y la construcción de los edificios Marina Baía (19,5 millones de presupuesto), Fenix (17 millones) y Lenine (7,2 millones). Además de estos nuevos contratos, Sacyr dirige obras en marcha en el país como la de las torres y cinco naves del Kinaxixi MXD Complex (82 millones), en la citada ciudad de Luanda.
Otras referencias del grupo que preside Manuel Manrique en Angola fueron el estadio de Lubango (160 millones), para el Campeonato Africano de Naciones de 2010, y la reforma del aeropuerto internacional 4 de Fevereiro (28 millones), en la capital.
El país sigue ofreciendo trabajo
Angola se convirtió en destino prioritario para las constructoras en los albores de la crisis. El país debía acoger en 2010 la Copa de fútbol de ífrica y una importante cumbre de la OPEP, lo que motivó que se intensificara la inversión en infraestructuras. Por cercanía se asentaron allí múltiples empresas surafricanas. Y por cuestiones idiomáticas lo hicieron constructoras brasileñas y portuguesas.
Pasado 2010, de Angola se sigue diciendo que va a incrementar notablemente su parque de viviendas y que ofrece oportunidades aún en la mejora de sus infraestructuras energíéticas.
