¿Continuación de quíé?, se preguntarán, pues de lo que está sucediendo desde Mayo del 2010, desde el crash. El texto de hoy va a ser muy corto.
Primero a ‘la gente’ de todas partes se le dijo que para ser feliz debía tener esto y aquello y cualquier cosas que se le ocurriese, pero no le iban a subir el salario porque eso era malo para los costes, lo que se iba a hacerse era darle capacidad de endeudamiento: mucha, muchísima, y a la gente le pareció muy bien.
Como ‘gente’ son Estados, Ayuntamientos, empresas, entidades financieras y familias, la deuda acabó alcanzando un nivel impagable: el nivel de deuda acabó siendo superior al PIB que con ese endeudamiento se generó, por lo que las cosas empezaron a paralizarse, por ello se pusieron en marcha los rescates, los planes E y los avales y garantías; y se tapizó el espacio de promesas.
Lo anterior tambiíén se agotó y eso puso sobre la mesa LA verdad: que los ingresos no podían crecer más, más aún, que iban a decrecer, por lo que tenía que ponerse en marcha la motosierra y empezar a recortar unos gastos que se habían diseñado con arreglo a una capacidad de obtener críéditos que no iba a volver y a unos ingresos que se habían ido con el viento.
Ahora toca desandar el camino recorrido en estos quince años pasados, lo que supone, para ‘la gente’, empobrecerse, ir-a-menos; pero tambiíén pone sobre la mesa otro problema: el exceso de capacidad productiva ocupada con aquel críédito ya desaparecido y con unas exportaciones que ya está periclitando.
Existe un exceso de oferta, un defecto de demanda, una oferta de trabajo no necesaria y una capacidad de consumo que no tiene con quíé pagar. Y a todo eso se añade una deuda antigua que, en su totalidad, prácticamente nadie puede pagar. Y, por si fuera poco, un dinero que en gran medida habita en servidores en forma de bits, y unos activos que valen lo que por ellos quiera pagarse porque sus valores son unos bits aún más livianos que los anteriores.
Algo así fue la Depresión (mañana ampliaremos esto), y su corolario: la deflación hacia la que estamos yendo.
Ven como el texto hoy ha sido muy corto.
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Si las cosas siguen como ahora están y si la evolución de esas cosas continúa moviíéndose dentro de los cauces actuales (fíjense que en el texto inmediatamente precedente hay dos condicionales), a día de la fecha las tendencias de las primas de riesgo de las deudas a diez años de los países que se citan podrían llegar a ser, a 31 de Diciembre del año en curso, las siguientes: Francia: 280 puntos, Bíélgica: 390 puntos, España: 520 puntos, Italia: 625 puntos. Para meditar.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS. School of Management. Universidad Ramon Llull.