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Autor Tema: EE.UU.: ¿Puede la inflación reactivar la economí­a sin matarla?...  (Leído 230 veces)

OCIN

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Por...   Jeffrey A. Miron
 


Muchos economistas importantes creen que la Reserva Federal deberí­a estimular la economí­a comprometiíéndose a lograr una meta de inflación de 5 por ciento, en lugar del 2 por ciento actual. Estos economistas argumentan que la expectativa de una inflación más alta implica un interíés real más bajo lo cual puede estimular la inversión y la contratación de empleados, acelerando de esta manera la recuperación económica. Esta recomendación es lógica vista de esta manera. Pero puede que no funcione ya que involucra sus propios riesgos.
 
Una inflación más alta no necesariamente estimulará la economí­a ya que las tasas de interíés no son lo único ni probablemente lo principal que está limitando la inversión y la contratación. En su lugar, las expectativas pesimistas de las empresas acerca de la demanda de los consumidores, la preocupación acerca de un sesgo anti-empresa en las polí­ticas del gobierno y un miedo a grandes aumentos de impuestos para financiar los beneficios estatales son posiblemente factores que están jugando un papel más importante. De manera que elevar la meta de inflación de la Fed podrí­a generar una inflación más alta sin ningún otro beneficio para la economí­a.
 
La dificultad crucial de fijar una meta más alta es administrar las expectativas de inflación en la economí­a. Por un lado, la resistencia polí­tica a una inflación más alta podrí­a generar una reacción negativa conforme la inflación empiece a aumentar, dificultándole a la Fed mantenerse firme en su camino hacia la nueva meta. Por otro lado, una meta de inflación más alta podrí­a generar la preocupación de que la inflación no simplemente llegará a 5 por ciento sino que seguirá aumentando muy por encima de ese porcentaje. El segundo de estos resultados parece ser más probable, dado que la situación de la deuda de EE.UU. naturalmente está provocando miedos de que una inflación más alta es simplemente una manera de devaluar la deuda. Esto es precisamente lo que muchos economistas le están pidiendo al Banco Central Europeo como reacción a la crisis de la deuda en Europa.
 
De manera que una meta de inflación más alta tiene una lógica consistente en el mundo hipotíético en el que la Fed puede comprometerse creí­blemente a esta polí­tica y donde puede administrar las expectativas acerca de la inflación en la economí­a. En el mundo real, esa tarea es más difí­cil.

Un problema distinto es que una inflación más alta, sin importar cuáles sean sus míéritos para estimular la inversión, redistribuirí­a riqueza desde los acreedores hacia los deudores. Esto le parecerá a muchos ciudadanos algo arbitrario e injusto, implicando un escándalo polí­tico que podrí­a ser difí­cil de controlar. Occupy Wall Street y el Tea Party encontrarán una causa común. Tal vez el mayor perjuicio de una meta de inflación más alta es que presume que los problemas de la economí­a surgen de una “demanda agregada” inadecuada. Si esto es correcto, potencialmente tiene sentido estimular la demanda.

Pero una interpretación distinta de nuestros recientes problemas económicos, y de nuestra lenta recuperación en particular, es que EE.UU. experimentó una inmensa reducción de riqueza cuando la burbuja inmobiliaria reventó. Al mismo tiempo, el aumento en los díéficits puso en evidencia la insostenibilidad de nuestra polí­tica fiscal. Ambos eventos revelan que EE.UU. ha estado prestando de más, consumiendo de más y ahorrando poco debido a presunciones irrealistas acerca del crecimiento económico, los precios de las viviendas y las acciones y acerca de la habilidad de las polí­ticas públicas de manipular la economí­a.
 
De acuerdo a esta interpretación, un mayor grado de inversión no tiene sentido hasta que los consumidores hayan reconstituido su poder de compra y eso ocurrirá solo gradualmente conforme los consumidores se recuperen del gran golpe que sufrió su bolsillo. La polí­tica monetaria estimulante podrí­a cambiar algunas inversiones del futuro al presente, pero esto no será productivo porque la inversión será sub-utilizada dada la ausencia de demanda de los consumidores.
 
En general, el argumento a favor de una meta de inflación más alta —y de polí­ticas de estí­mulo en general— da por hecho que la economí­a estadounidense puede volver a un crecimiento normal rápidamente. La interpretación de una “reducción de riqueza” sugiere que una recuperación lenta es inevitable, lo cual implica que los intentos de evitarla serán contraproducentes.


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