Las Bolsas no han vivido su mejor semana en tres años por casualidad. El mercado espera un acuerdo histórico el próximo viernes que no solo garantice el rescate de cualquier país de la eurozona en apuros, sino que tambiíén siente las bases de un plan que conduzca hacia la unión fiscal y hacia los ansiados eurobonos. La primera noticia tiene que llegar hoy en el encuentro Sarkozy-Merkel.
La canciller alemana, Angela Merkel, viajará hoy a Francia para reunirse con el presidente galo, Nicolas Sarkozy, en un encuentro que está obligado a ser trascendental. Sarkozy anunció el jueves pasado la refundación del euro, igual que hace tres años proclamó la refundación del capitalismo. El objetivo no es otro que asegurar la supervivencia del euro, puesta en cuestión a consecuencia de la virulencia de los mercados. París ha puesto sobre la mesa la propuesta de avalar toda la deuda pública de la eurozona, con el compromiso previo de una estricta disciplina fiscal. Berlín no se ha mostrado partidaria por el momento de llegar a tales extremos y quiere poner el acento en la unión fiscal y las sanciones para los países incumplidores.
El miíércoles y jueves tendrá lugar en Marsella la cumbre de líderes conservadores europeos. Esta reunión será la puesta de largo del presidente electo español, Mariano Rajoy, ante sus homólogos europeos. El mismo jueves por la noche comenzará en Bruselas la que ha de ser una cumbre decisiva en el futuro de la UE. Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete deberán sellar el acuerdo que suponga el comienzo del fin para la pesadilla de deuda soberana.
"Es fundamental que se encuentre un principio de solución que sea contundente y que se aplique de verdad", explica Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta 4. "Las expectativas del mercado pasan por cesión de soberanía fiscal, presupuestos controlados y un ajuste fiscal. Todo ello a cambio de ayuda y de más apoyo por parte del BCE, sea de forma directa, o travíés del FMI, o del fondo de estabilidad financiera", añade Aguirre. En cualquier caso, la experta avisa que la solución tiene que pasar necesariamente por el banco central. "Lo único que puede evitar el efecto contagio es que haya apoyo ilimitado para los países de la eurozona y el único que está en condiciones de hacerlo es el BCE", sentencia Aguirre.
El papel del BCE
Precisamente, la autoridad monetaria celebrará el jueves su reunión mensual. Será el segundo encuentro presidido por el italiano Mario Draghi y de íél se espera que salgan grandes noticias. Esa es la explicación de que la prima de riesgo de España, medida como el diferencial con la deuda alemana a 10 años, haya caído 90 puntos en una semana para situarse en los 350 puntos básicos. El movimiento ha sido similar en otros países, como Italia y Bíélgica.
Draghi ha reafirmado el compromiso de la entidad con la estabilidad de precios, objetivo fundamental del banco central. Pero se espera mucho más. "Sin ninguna duda, el BCE está preparando al mercado para un apoyo monetario adicional en el encuentro del 8 de diciembre", valora el equipo económico de Citi. El mismo viernes cundió en el mercado el rumor de que el BCE planea transferir al FMI 200.000 millones de euros para que la institución multilateral pueda emplear ese dinero en príéstamos de emergencia para países con problemas. Sería una forma de involucrar al BCE, pero manteniendo una cierta sensación de independencia para la entidad central.
El movimiento llegaría una semana despuíés de la acción coordinada de los bancos centrales de EE UU, la zona euro, Reino Unido, Suiza, Japón y Canadá, que consistió en rebajar los costes de acceso a la liquidez en dólares. El movimiento fue muy bien visto por el mercado. "Se ha abierto una nueva fase en la que por fin se ha comprendido lo urgente que es romper la espiral negativa de desconfianza del mercado", valora Michael Krautzberger, responsable de renta fija euro en la gestora BlackRock.
El final de la semana será el momento de la altura política. Lo que se espera es que los líderes políticos lleguen a Bruselas con un compromiso madurado durante días. Los países con más problemas, Grecia, España, Portugal e Italia ya tienen en marcha los programas de austeridad requeridos en marcha. El objetivo de los políticos es enviar al mercado la señal inequívoca de que el euro es un proyecto irreversible. Un mensaje ambiguo sería catastrófico.
Subastas clave de Alemania y Francia
Con todas las miradas puestas en París y Fráncfort, los Tesoros de Alemania y Francia procederán esta semana a unas subastas de deuda críticas, por un importe de 15.500 millones de euros.
La primera subasta tendrá lugar hoy. Alemania intentará colocar 3.000 millones de euros en letras a seis meses, con el recuerdo del reciente fracaso en la última subasta de deuda a 10 años, en la que el 40% de la oferta quedó desierta. El problema de Alemania es que la entrada masiva de capitales ha ido reduciendo el interíés exigido hasta hacerlo muy poco atractivo para los inversores. En el mercado secundario, las letras germanas a seis meses cotizan a un 0,2558%.
El turno de Francia llegará mañana, con una oferta de letras a tres, seis y 12 meses por un importe total de 7.500 millones de euros. Las rentabilidades que paga Francia en el mercado secundario tampoco son excesivamente atractivas: los rendimientos oscilan entre el 0,268% y el 0,603%.
El broche lo pondrá Alemania el miíércoles con una colocación de 5.000 millones en bonos a cinco años, cuyo rendimiento en el secundario es del 1,043%.
Guerra de poder
Alemania y Francia han ido arrinconando progresivamente a la Comisión europea. Bruselas no se cansa de repetir que todas las decisiones deben tomarse en el ámbito de las instituciones comunitarias, pero esa batalla parece perdida. Merkel y Sarkozy están decididos a marcar el rumbo de la Unión.