Alemania se juega el futuro de sus exportaciones
Alemania se juega mucho en la resolución de la crisis soberana. La economía germana, una de las principales beneficiadas de la llegada del euro, ya ha empezado a acusar la tormenta financiera que azota a Europa. La desaceleración que ha sufrido en los últimos trimestres se explica en buena medida por el menor impulso de las exportaciones a los países de la unión, un efecto nocivo que no haría más que agravarse de fracasar el proyecto común. En definitiva, una tormenta en ciernes que dejaría la falta de demanda de la subasta de deuda de hace unas semanas en una mera aníécdota.
Alemania, consciente del riesgo que supone la ruptura del euro y pese a tensar la cuerda hasta límites insospechados con el objetivo de imponer sus tesis de austeridad en Europa, ha demostrado en los últimos tiempos que tambiíén está dispuesta a ceder soberanía en favor del bien común. A medida que la amenaza de la crisis avanza, Alemania ha suavizado su discurso y ayer el acuerdo al que llegaron la canciller Angela Merkel y el presidente francíés, Nicolas Sarzoky, no contemplaba la participación forzosa del sector privado en caso de impago de deuda pública, una tesis que impulsó Alemania en su día.