El primer ministro británico, David Cameron, ha avisado de que vetará el nuevo tratado de la Unión Europea (UE) si no contiene "salvaguardas" para el Reino Unido.
Cameron dijo que, si "las instituciones de Europa" quieren proteger la moneda única, entonces el nuevo tratado de la UE que promueven Francia y Alemania debe defender los intereses del Reino Unido y de la City, centro financiero de Londres.
"No firmaríé un tratado que no tenga esas salvaguardas en torno a asuntos como, por supuesto, la importancia del mercado único y de los servicios financieros", declaró el premier conservador británico.
"Si las conseguimos, entonces el tratado saldrá adelante. Si no las logramos, entonces no lo hará", avisó.
En una declaración ante periodistas, Cameron señaló hoy que viajará a Bruselas esta semana, para la cumbre de líderes de la UE, con la intención de "defender y promover los intereses británicos".
Aunque reconoció que actualmente el interíés más importante para el Reino Unido es "solucionar el problema en la eurozona, que está teniendo un grave efecto en nuestra economía", insistió en que ello conllevará que haya "salvaguardas" para el Reino Unido.
"El Reino Unido es miembro de la UE" y "en ello es clave el mercado único", indicó David Cameron.
En opinión del primer ministro británico, "para salvar la moneda única se necesita más que un Tratado; se necesita hacer frente al problema de la competitividad, el problema del díéficit y tomar decisiones para convencer al mercado de que va en serio", además del respaldo del Banco Central Europeo (BCE).
Alemania y Francia promueven un nuevo Tratado de la UE que impulse el rigor fiscal, de forma que habría "sanciones automáticas" contra los países que incumplan la regla de limitar al 3% del Producto Interior Bruto (PIB) su díéficit público.
Ese nuevo Tratado de la UE podrá contar con el apoyo de los 27 estados miembros de la UE, aunque el presidente francíés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, avisaron de que, si no es posible, concernirá a las 17 naciones de la eurozona.
Entre otras reticencias, el Reino Unido se ha opuesto siempre a cualquier imposición fiscal sobre las transacciones financieras por entender que dañaría a los bancos de la City y teme una deslocalización de operaciones y empresas a terceros países.
Ayer, Cameron descartó que el nuevo Tratado de la Unión Europea vaya a suponer cambios "significativos" que impliquen la celebración de un referíéndum en el Reino Unido, como le reclaman algunos diputados tories.
El premier explicó que si el Tratado propuesto supusiera ceder poderes a Bruselas, su Gobierno tendría que convocar necesariamente un referíéndum, pero insistió en que es algo que no espera.