La crisis que sacude España no es un repelente para los bancos de inversión. Por el contrario, la necesidad de las empresas medianas de ganar tamaño y sobrevivir y las urgencias del sector financiero para dar salida a sus activos y capitalizarse están elevando la competencia en el sector de las operaciones medianas. CW Downer, con un año y medio de presencia en España, ha apretado el acelerador.
“Rothschild es lo que queremos serâ€, aseguran Guido Siebiera y Josíé Manuel Arcenegui, responsables de la firma en España, en referencia al espejo en el que se miran para consolidar la firma en nuestro país. CW Downer está especializado en transacciones entre los 20 y los 600 millones de euros y el 80% de sus operaciones son globales. Es decir, que el comprador y el vendedor son de distintas nacionalidades.
A nivel mundial, el grupo ha cerrado 20 operaciones, de las que España ha aportado dos. La más importante es la compra de la empresa de seguridad Ombuds por el fondo estadounidense SZI. “Tenemos un equipo de ocho personas y capacidad para realizar no más de ocho operaciones al año. Nuestro objetivo es generar comisiones por valor de 3,5 millones brutos cada ejercicioâ€, explica Siebiera.
Los primeros ejecutivos de la firma aseguran que "el año 2012 será bueno. El sector financiero tiene que dar salida a sus participadas para capitalizarse. Tienen mucha presión y no tiene más remedioâ€. No obstante, creen que se enajenarán los activos que hagan menos daño en la base de capital. “Lo que no saldrá seguro a la venta es el sueloâ€, aseguran.
Respecto a las empresas, creen que “quien quiere vender tiene los precios antiguos en la cabeza, y el que compra sólo busca gangas. Pero los compradores empiezan a ver que el tren está llegando a la estación y ya están dispuestos a ofrecer algo másâ€.
Tambiíén ven un nicho de negocio en las empresas cotizadas que han perdido mucho valor en bolsa. “Vamos a ver exclusiones de cotización de empresas que han empequeñecido por culpa de la crisis. Los accionistas no se atreven para preservar su buena reputación porque saben que si se van tardarán mucho tiempo en poder volver a financiarse en los mercados. Pero si hay cambio de control en las empresas, sí veremos exclusiones".
Aportación discreta del capital riesgo
Por el contrario, Siebiera y Arcenegui creen que la aportación del capital riesgo al negocio de las fusiones y adquisiciones será muy discreta. De hecho, de las 20 operaciones que el grupo ha realizado este año, 16 son con inversores industriales y sólo cuatro con compañías de private equity.
“El negocio del capital riesgo en España está ahora en la gestión del portfolio, en la tarea de limpieza. Todas las firmas tienen muertos en el armario, sólo que unas tienen cosas buenas para compensar y otra sólo tienen muertos. Los private equity están más activos en desinversiones o en adiciones que no requieren más inversiónâ€.