Estados Unidos enfrentó el miíércoles el prospecto de un inminente cierre de gobierno por falta de financiamiento por tercera vez en este año, mientras empeoraba una lucha entre legisladores republicanos y demócratas en el Congreso por impuestos y gasto.
Los demócratas, liderados por el presidente Barack Obama, se rehúsan a firmar un proyecto de ley bipartidista de financiamiento de 1 billón de dólares que mantendría a las agencias federales operando más allá del viernes. Primero quieren que los republicanos acuerden un trato de compromiso para extender un recorte de impuesto a las nóminas para 160 millones de estadounidenses.
La Cámara de Representantes, liderada por los republicanos, aprobó su versión del proyecto de ley de recorte de impuesto a las nóminas a lo largo de un voto mayoritariamente de partido el martes, pero Harry Reid, líder demócrata de la mayoría del Senado, se ha comprometido a eliminarla apenas pueda traerla a votación.
El proyecto de ley republicano propone pagar por el costo de 120,000 millones de dólares del recorte de impuesto a las nóminas mayoritariamente congelando pagos federales y reduciendo el tamaño de la fuerza de trabajo del gobierno. Los demócratas lo rechazaron y proponen a su vez un alza de impuestos sobre los millonarios.
Los republicanos en el senado bloquearon un moción demócrata el miíércoles para rechazar rápidamente el proyecto de ley de la Cámara, que tambiíén incluye una provisión para acelerar una decisión en una tubería de petróleo que la Casa Blanca ha demorado para efectuar más estudios de impacto medioambiental.
El líder republicano del Senado, Mitch McConnell obstaculizó los esfuerzos de Reid para rechazar el proyecto de ley republicano, diciendo que íél quería llegar primero al proyecto de ley de financiamiento del gobierno.
En un intercambio en el piso del Senado, Reid objetó la movida de McConnell, insistiendo en que el proyecto de ley de recorte de impuesto a las nóminas debe ser considerado primero.
Con sólo días para resolver la crisis, los dos partidos están encerrados en una compleja batalla legislativa en su intento de manipularse entre sí para obtener ventaja política en una batalla de alto riesgo que probablemente se trasladará a las elecciones presidenciales y parlamentarias del 2012.
Los demócratas están preocupados que una vez que el proyecto de ley de gasto sea aprobado, los republicanos se irán de vacaciones, eliminando cualquier presión sobre ellos para comprometerse en la medida de la nómina, que podría además extender beneficios de desempleo que expiran a millones de estadounidenses.
Los republicanos han acusado a los demócratas de fabricar una crisis al rehusar la firma de un proyecto de ley de financiamiento de gobierno, cuando ellos se habían comprometido a firmarlo.
La Casa Blanca dijo que todavía estaba esperanzada en que se podría llegar a acuerdo antes de la fecha tope.
"Aún hay tiempo para que el Congreso haga su trabajo (...) a tiempo para tomar sus vacaciones al final de esta semana", dijo a bordo del avión presidencial el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney