El presidente de la compañía Olympus consideró el jueves que las sociedades comerciales son una opción para solucionar el enorme hueco en la hoja de balance que dejaron las grandes píérdidas en inversiones que la firma japonesa ocultó por años.
Olympus Corp. cumplió el miíércoles con el plazo para no ser expulsada de la bolsa de valores de Tokio al reportar correctamente las ganancias para el primer semestre, de abril a septiembre, y de los últimos cinco años fiscales.
El engaño en la empresa, que data de la díécada de 1990, para esconder 117.700 millones de yenes (1.500 millones de dólares) en malas inversiones salieron a la luz cuando las denunció el entonces presidente de Olympus, Michael Woodford, quien cuestionó costosas adquisiciones y exhorbitantes pagos por asesoría financiera.
Woodford, un británico de 51 años y uno de los pocos extranjeros en encabezar una firma japonesa importante, fue despedido en octubre despuíés de confrontar a los directores de Olympus.
El ex ejecutivo, quien estará esta semana en Tokio para reunirse con inversionistas y accionistas en un intento por regresar, exige la renuncia de toda la junta directiva, incluyendo al actual presidente Shuichi Takayama.
La batalla sobre quiíén dirigirá a la fabricante de cámaras y equipo míédico —envuelta en uno de los peores escándalos corporativos de Japón— podría llegar a su punto culminante en la próxima reunión de accionistas, que se celebraría en marzo o abril.
"La tasa adecuada de capital es un gran problema y estamos considerando cómo superarlo. Estamos analizando varias opciones que incluyen alianzas de capital, operacionales o de ventas", dijo Takayama a los reporteros en un hotel en Tokio.
Olympus nombró a tres personas externas para conformar un nuevo comitíé que hará reformas para reforzar la gobernabilidad y presentará un plan a los accionistas. El comitíé se suma a un grupo especial creado anteriormente y anunciado por Takayama para investigar el escándalo.