NUEVA YORK - Autoridades federales en Nueva York culpan a instituciones financieras libanesas de canalizar más de $300 millones a Estados Unidos en una operación de lavado de dinero que dicen benefició al grupo extremista Jezbolá.
En una demanda interpuesta el jueves en Manhattan, el gobierno federal pide sanciones por casi $500 millones en contra de algunas entidades financieras libanesas, 30 compradores de autos en Estados Unidos y una compañía de transportación estadounidense bajo cargos de lavado de dinero.
Tambiíén afirma que tiene derecho a reclamar sus activos como confiscables de acuerdo con las leyes estadounidenses sobre lavado de dinero.
Los fiscales dijeron que los $300 millones fueron transferidos desde Líbano a Estados Unidos para comprar autos usados y enviar íéstos a ífrica occidental. Dijeron que se usaron los canales de lavado de dinero de Jezbolá para enviar de vuelta al Líbano las ganancias obtenidas por las ventas de autos y el tráfico de estupefacientes.
Las acusaciones se efectuaron dos días despuíés de que una formulación de cargos ante una corte federal en Alexandria, Virginia, acusó al prófugo Ayman Yuma de encabezar una red de tráfico de drogas que proporcionaba ingresos a Jezbolá, el grupo extremista libaníés respaldado por Irán y al que Estados Unidos considera una organización terrorista.
Lawrence R. Payne, vocero de la agencia antinarcóticos estadounidense en Washington, dijo a The Associated Press en febrero que la organización de Yuma lavaba dinero valiíéndose de 50 lotes de automóviles usados en Estados Unidos. Los vehículos eran exportados a Líbano y ífrica occidental.
El fiscal federal Preet Bharara dijo que el caso civil presentado el jueves revela un complot internacional masivo en el que instituciones financieras libanesas, entre ellas bancos y dos casas de cambio vinculadas al Jezbolá, pasaban dinero a travíés del sistema financiero estadounidense para lavar ganancias por el tráfico de drogas y otras fuentes ilícitas a travíés de ífrica occidental y de vuelta a Líbano.