Los estadounidenses se preparan para otra dificultad financiera: menos dinero en su cheque de nómina a partir de enero, en caso de que el Congreso no rompa el estancamiento y renueve un recorte de impuestos de Seguridad Social.
El recorte fiscal, que entró en vigor este año, beneficia a 160 millones de estadounidenses con 1,000 dólares al año, es decir 20 dólares semanales, para alguien que gana 50,000 dólares al año, y hasta 4,272 dólares, 82 dólares a la semana, para un hogar con dos miembros trabajadores con sueldos elevados.
El recorte fiscal termina el 1 de enero. Si los legisladores no lo renuevan para 2012, los analistas dicen que la economía podría perder impulso debido a que los individuos y las familias buscarían maneras de gastar menos dinero.
El recorte fiscal es parte la legislación que tambiíén podría renovar los beneficios a los desempleados de largo plazo. Si las prestaciones para los desempleados no son renovadas, a partir de enero casi 6 millones de personas podrían perder sus cheques semanales de 300 dólares en promedio, la principal fuente de ingresos para la mayoría de ellos.
Los republicanos de la cámara baja han rechazado la propuesta de ley aprobada por el Senado que extendería el recorte del impuesto sobre ingresos durante 2 meses y permitiría a los desempleados de largo plazo seguir recibiendo sus prestaciones durante ese lapso. Ese plan le daría a los legisladores el tiempo necesario para trabajar en una extensión anual.
Pero la mayoría de los legisladores han abandonado Washington y no hay negociaciones programadas para antes del fin de año.
Si el Congreso no renueva las dos medidas para 2012, los analistas afirman que la economía podría desacelerarse hasta 1 punto porcentual.