Miles de clientes podrían perder millones con los convertibles del Santander
Fuente: El Economsista
Banco Santander se encuentra en plena campaña de captación de capital, despuíés de que la EBA revelase que precisa 15.000 millones adicionales. La conversión de acciones es una de las vías para lograrlo, pero le está trayendo problemas. La entidad podría enfrentarse a una avalancha de reclamaciones de miles de clientes particulares que invirtieron en bonos convertibles y que podrían registrar píérdidas multimillonarias el próximo año.
Según recoge el diario estadounidense The Wall Street Journal, a finales de 2007, Santander vendió bonos convertibles entre 129.000 clientes. El precio de canje que fijó entonces fue de 16,04 euros, aunque en noviembre de 2008 ajustó el precio hasta los 14,63 euros. Ayer las acciones del banco cerraron en 5,78 euros. Esto supone un descenso del 60% con respecto al precio fijado hace tres años.
En este tiempo, los inversores han podido consolarse de la píérdida de valor de su aportación inicial con la retribución abonada por el banco. El producto ofrecía una rentabilidad del 7,5% TAE -un 7,3% nominal- en el primer año, interíés que pasa al 2,75% durante el periodo de vigencia restante hasta el momento de la conversión, en octubre de 2012, cuando los bonos pasan automáticamente a ser acciones.
Si en estos meses la acción no repunta hasta al menos el precio medio de octubre de 2007, sobre los 14 euros, los que compraron los bonos denominados Valores Santander se verán seriamente perjudicados.
¿Accionistas igual a bonistas?
El consejero delegado del banco, Alfredo Sáenz, señaló recientemente que los bonistas, "en esencia, están en la misma situación que los accionistas", manifestó. Pero lo cierto es que, a grandes rasgos, no lo están.
Según explica al WSJ el analista de Nomura especializado en banca Daragh Quinn, muchos de los compradores de este producto no sabían dónde estaban depositando su dinero. "La sensación es que un número significativo de pensionistas no tienen ninguna pista de lo que compraron", indica.
Benita Pedrosa, una jubilada de 64 años, indica al rotativo que invirtió todos sus ahorros en estos bonos porque el director de su oficina le aseguró que el dinero estaba en un lugar seguro. Desde entonces, el valor de la inversión se ha reducido a más de la mitad, lo que equivale a unos 30.000 euros.
"Un banco siempre está tentado a utilizar su base de clientes para colocar sus propios títulos, pero esto se sitúa en los límites de lo íético", porque los clientes particulares no suelen tener los conocimientos y la información suficiente para sopesar los riesgos, apunta Carles Vergara, profesor de dirección financiera del IESE en Madrid.
Quejas, pero no compensaciones
Las reacciones no se han hecho esperar. Dos personas han presentado demandas de forma individual contra Santander reclamando que se les devuelva la totalidad del dinero invertido por no informar adecuadamente de las características del producto, mientras que desde la asociación de consumidores Adicae están intermediando en negociaciones entre 600 bonistas y la entidad. "Si reclama la gente suficiente, Santander estará en problemas", señala el experto de Nomura.
Por su parte, la CNMV investigó la emisión tras recibir varias quejas al respecto. El regulador bursátil determinó el pasado otoño que "tenía pruebas suficientes para calificar su comportamiento (de Banco Santander) de incorrecto", aunque no puede obligar al banco a devolver la inversión ni imponer sanciones en casos individuales.
Mientras, Alfredo Sáenz descarta que el banco vaya a repartir ningún tipo de compensación para los tenedores de bonos convertibles.
Con esta emisión, que requería una inversión mínima de 5.000 euros, el banco se embolsó 7.000 millones de euros para financiar parte de la compra del holandíés ABN Amro.