El cierre temporal de la refinería de Petit Couronne causa hoy preocupación en Francia, donde el gobierno busca alternativas de última hora y los sindicatos anuncian protestas por la píérdida de sus trabajos.
El ministro de Industria y Energía, Eric Besson, se reunirá mañana con el director del grupo Petroplus para analizar una solución que permita reactivar el proceso de producción en la planta.
Un comunicado de esa cartera señala que el gobierno galo está dispuesto a apoyar en la tramitación de los críéditos necesarios para seguir produciendo, luego de la decisión de un grupo de bancos de congelar mil millones de euros con destino a esa firma.
Imposibilitada para adquirir petróleo para refinar, Petroplus decidió cerrar tres de sus cinco plantas europeas, las de Bíélgica, Suiza y Francia.
La de Petit Couronne inició el lunes el proceso de paro, el cual debe durar hasta el próximo viernes, cuando toda la maquinaria quedará en silencio.
En ese lugar trabajan más de 500 personas, cuya situación laboral es incierta, por lo que decidieron bloquear todos los embarques de gasolina, diesel, aceites y otros carburantes.
"Los productos terminados son una moneda de cambio de 200 millones de euros si las cosas terminan mal", aseguró Yvon Scornet, de la Confederación General del Trabajo.
El candidato presidencial del Partido de Izquierda, Jean-Luc Míélenchon, lamentó la decisión de cerrar la refinería de Petit Couronne por motivos financieros.
Cualquiera que sea la validez de este argumento, precisó, se trata de un nuevo golpe a la capacidad de producción de combustibles del país.
El grupo Petroplus, de origen holandíés, tiene su sede en Suiza y no participa en ninguna actividad de exploración o extracción de petróleo, por lo que para alimentar sus refinerías depende exclusivamente de la compra de crudo en el mercado.
Su capacidad de producción en 2011 fue de 667 mil barriles por día, pero sus problemas de financiamiento llevaron a los bancos a cortarle la línea de críédito hace poco más de una semana.