La famosa rebaja del valor de los activos inmobiliarios "en niveles realistas", anunciada la semana pasada por el ministro Luis de Guindos, llegará hasta el 50% en el caso de las promociones, el 80% en el del suelo urbanizado y prácticamente el 100% en el del rústico. Este es el escenario central con el que trabaja el Gobierno, según confirman varias fuentes conocedoras del mismo, aunque finalmente podría ser un poco más laxo en función de las simulaciones de impacto que está realizando en estos días.
Las citadas fuentes añaden que, en principio, no se va a conceder a los bancos un plazo superior a dos años para provisionar estas caídas de valor, lo que puede meter en píérdidas a numerosas entidades. En esos casos, la intención del Ejecutivo sigue siendo inyectarles dinero del fondo de rescate europeo (EFSF), para no incrementar el díéficit público, y obligarlas a fusionarse.
La principal opción que maneja el Gobierno de Mariano Rajoy implica un recorte de valor de entre el 30% y el 50% para las promociones respecto al valor al que las entidades las tienen contabilizadas en sus libros; el porcentaje concreto dependerá del grado de acabado y otros factores como su ubicación. En el caso del suelo rústico, se le otorgará un valor residual basado en su rendimiento agrícola, es decir, muy cercano a cero.
El recorte se hará sobre el valor bruto de los inmuebles. A partir de ahí se aplicarán las provisiones ya constituidas por las entidades y tendrán que dotar el porcentaje que quede sin cubrir. Eso permitirá distinguir las entidades más fuertes, que tienen un mayor nivel de cobertura de sus inmuebles, de las más díébiles, que tendrán que provisionar ahora un porcentaje mayor y serán las que seguramente entren en píérdidas en un entorno de márgenes tan bajos como el actual (una simulación de BPI estimaba que un descuento del 50% para todos los activos metería en números rojos a toda la banca mediana).
El propio De Guindos estimó en una entrevista con el Financial Times que el importe total de las provisiones adicionalers necesarias para cubrir estas rebajas de valor se situaría en torno a 50.000 millones. Dicha rebaja se aplicará sólo a los inmuebles físicos adjudicados o adquiridos por las entidades como pago de príéstamos incobrables, no a los críéditos concedidos a promotores aunque se encuentren en situación morosa o subestándar.
Alternativa al 'banco malo'
Esta fórmula es la alternativa al 'banco malo', figura que ayer descartó definitivamente Rajoy cediendo así a las pretensiones de las grandes entidades. Pero, al menos sobre el papel, sus efectos son los mismos. En primer lugar, pretende generar confianza en los mercados al desvelar la exposición "definitiva" de la magnitud del problema inmobiliario de la banca. En segundo, busca volver a poner en el mercado estos inmuebles a precios que estíé dispuesta a pagar la demanda existente, que son muy inferiores a los que la banca los ofrece en la actualidad.
Y en tercer lugar, intenta provocar una nueva oleada de consolidación del sector financiero en la que queden sólo entidades solventes y con suficiente tamaño (por encima de 150.000 millones de activos, o incluso más). Esto se conseguirá obligando a fusionarse a las entidades que entren en píérdidas por culpa de estas provisiones, lo cual requerirá la cooperación de los principales bancos, que tendrán que quedarse con algunas de ellas.
Recapitalización con fondos europeos
El plan del Gobierno se completa con la recapitalización de las más díébiles. "Dado que el Fondo de Garantía de Depósitos no puede asumir todo esto despuíés de su utilización en la CAM, y que no se quiere empliar el FROB porque computa como deuda pública, la única alternativa es tirar del dinero europeo", explica una de las fuentes consultadas.
Otra añade que "cuando se anunció que el EFSF se podía utilizar para ayudar a la banca francesa y alemana a asumir las píérdidas originadas por la deuda griega, España pidió poder hacer lo mismo con su problema inmobiliario. Lo lógico sería hacerlo así para evitar agravios". Como adelantó El Confidencial, Rajoy pretende acceder a este fondo sin sufrir a cambio imposiciones en su política económica.