Quienes pudieran pensar que el aeropuerto de Castellón no tenía sentido se equivocaban. Esa infraestructura fantasma, inaugurada pero sin actividad ni visos de tenerla, era la excusa para construir 40.000 viviendas. Detrás del plan estaría el popular Carlos Fabra.
Así lo indica este domingo un artículo del diario El País, en el que se señala a Carlos Fabra, el todopoderoso hombre fuerte del PP en la provincia de Castellón, como el urdidor de todo un plan que pretendía la construcción de 40.000 viviendas, hoteles, 12 campos de golf y un parque temático alrededor del aeropuerto castellonense, lo único que se ha llegado a construir, con un coste cercano a los 200 millones de euros, de los que 70 han sido aportados por las arcas públicas.
Según el diario de Prisa, el aeropuerto -sin permiso de vuelo ni contrato con aerolínea alguna para comercializar rutas- no sería más que la excusa para levantar un verdadero imperio de cemento que debía levantarse sobre 18 millones de metros cuadrados en torno a la población de Cabanes, y que incluiría la construcción de la mayor macrourbanización del país.
Todo ese ladrillo, con sus correspondientes atracciones de recreo, estaría enfocado al mercado turístico, que usaría el aeropuerto como forma de llegar a su destino vacacional.