Un último y desesperado esfuerzo por parte de los abogados para detener el juicio al encarcelado financiero texano R. Allen Stanford resultó infructuoso.
Stanford, acusado de estafar a inversionistas con 7.000 millones de dólares en un fraude masivo tipo piramidal, irá a juicio la próxima semana.
Un juez federal falló el miíércoles en contra de la solicitud de aplazamiento por parte de los abogados de Stanford.
Se estableció para el lunes la selección del jurado y se espera que los testimonios duren al menos un mes. Los abogados de Stanford dijeron que esperan que su cliente testifique.
Sus representantes legales habían realizado varios intentos en el último mes para aplazar el juicio, bajo el argumento de que no han tenido tiempo suficiente para preparar su caso debido a que el financiero estuvo hospitalizado la mayor parte del año pasado, despuíés de haber sido declarado incompetente para enfrentar un proceso en ese momento.
Stanford pasó más de ocho meses bajo tratamiento en un hospital de la prisión federal de Carolina del Norte, debido a una adicción que desarrolló por un medicamento con receta mientras estuvo encarcelado en Houston.
Los abogados de Stanford han argumentado que la adicción al fármaco, combinada con una lesión cerebral sufrida por una pelea en la cárcel en septiembre del 2009, había dejado a su cliente incapacitado para ayudarles a preparar una defensa.
Los fiscales señalaron que los míédicos del hospital de la prisión determinaron que Stanford era competente, no tenía lesión cerebral y había estado fingiendo que perdió gran parte de la memoria.
El juez federal de distrito David Hittner dijo el mes pasado que Stanford era competente y que podía proceder su juicio.
El miíércoles, el juez Hittner rechazó un último intento por parte de los abogados de Stanford para demorar el comienzo del juicio debido a que un miembro del equipo de defensa que está trabajando para organizar los documentos tuvo que someterse a una cirugía.
Robert Scardino, uno de los abogados de Stanford, continuó sugiriendo que el financiero no era competente, una afirmación que molestó a Hittner.
"¿Sigue usted presionando con eso? ... Mi fallo se sostiene aún. El es competente y está listo para proseguir", señaló el juez Hittner.
Stanford y tres ex ejecutivos de su ahora desaparecido Stanford Financial Group están acusados de orquestar un fraude piramidal por medio del cual recomendaron a clientes de 113 países invertir un total de más de 7.000 millones de dólares en certificados de depósito en el Stanford International Bank de la isla caribeña de Antigua, prometiíéndoles enormes utilidades.
Además de operar en Estados Unidos y Antigua, el Stanford Financial Group operó sucursales en naciones latinoamericanas, como Colombia, Ecuador, Míéxico, Perú y Venezuela.