La bolsa baila entre la realidad y el futuro
por Carmen Ramos en Expansión
El inicio del año es prometedor. Las agencias de calificación no han hecho el menor propósito de enmienda y a diestro y siniestro recortan la calificación de países y entidades europeas.
Los bancos de inversión, que se mostraban modosos tras el fiasco realizado y los números rojos de sus balances, comienzan a crecerse y rebajan la recomendación de nuestros grandes valores.
El Gobierno se encuentra agujeros debajo de cada alfombra, una tasa de paro sangrante y la espada de Damócles de Europa sobre su cabeza, de manera que lo primero que decide es subir los impuestos. Una decisión que socavará más el consumo y la economía, y que si no va acompañada de una drástica reducción del gasto público no sólo será contraproducente si no que indignará a los sufridos ciudadanos de a pie.
Con este panorama de fondo y tras ir saliendo a la luz las cuentas reales de nuestra economía, el Fondo Monetario Internacional estima que la economía española caerá un 1,7% en 2012 y un 0,3% en 2013. Tal vez unas cuentas algo pesimistas, según otras estimaciones, pero más realistas que las efectuadas por Elena Salgado que pronosticaban un crecimiento del 2,3%, sólo se nos ocurre apuntar que: de aquellos polvos vienen estos lodos.
Paralelamente, el lastre de los países perifíéricos y las severas medidas para apuntalar el sistema financiero reducirán la producción del resto de Europa y la recuperación de la economía estadounidense.
A pesar de todo esto, el comportamiento de las bolsas refleja que hay luz al final del túnel. El BCE con la decisión de dar liquidez a los bancos y la compra de Deuda Pública está logrando que los Estados se financien a intereses razonables. Es alentador que las subasta de Deuda española hayan sido un íéxito. El FMI aumentará sus recursos en medio billón de dólares para ayudar a la zona euro y la UE trabajará para impulsar el empleo.
Esta semana hemos visto como la banca europea subía con fuerza y volumen, un avance debido a que se ha disipado el miedo a que los bancos sufran impagos de Deuda. El Gobierno de Grecia sigue negociando con sus acreedores la quita, puede ser superior al 50%, pero no habrá ningún otro fallido. La realidad frena a las bolsas pero el futuro las anima y la bolsa es una apuesta de futuro.
