Fermín De La Calle | 26/06/2008
El 4 de agosto de 2006 AS reveló que el rugby español tiraba los tejos al Real Madrid en una comida en la que participó el ex vicepresidente del club, Juan Mendoza. Ayer, 25 de junio de 2008, la junta directiva del club, con Ramón Calderón al mando, estudió la propuesta y el Real Madrid regresará al rugby.
La sección nació en 1925, cuando un grupo de aficionados, entre los que se encontraba el futbolista Eulogio Aranguren, formaron un equipo para defender el escudo madridista en un campo de rugby. Hasta el estallido de la Guerra Civil, el Real Madrid conquistó títulos regionales y uno de España, en 1934. Despuíés del conflicto, el rugby blanco resurgió en el inicio de los 40, ganando en el 43 el título regional. Sin embargo, un lustro despuíés clausuró la sección hasta el día de ayer.
El Real Madrid ha contado con la colaboración del CRC bwin de Pozuelo para desembarcar en la División de Honor del rugby español. Fundado en 1986, se nutre de la histórica cantera del Canoe y cuenta en su palmaríés con la conquista de la última Copa del Rey, en la que derrotó en la final al todopoderoso Cetransa El Salvador vallisoletano por 31-36.
Entrenador galo.
La junta directiva del Real Madrid, reunida ayer a las 19 horas, dio el visto bueno a la operación, pero los contactos vienen de largo, algo que se nota en la planificación de la próxima temporada. La idea es aspirar a ganar todas las competiciones en las que participará (Liga, Copa y Liga Superibíérica). Para ello, ha elegido al francíés Regis Sonnes, antiguo tercera campeón de Francia con el Stade Toulousian, que tras dirigir a Agen y Narbonne era pretendido por varios clubes italianos. En el capítulo de fichajes el CRC quiere cerrar una decena de refuerzos. El primero es Jon Insausti, pilier internacional (24 años, 1,80 y 110 kilos) que acumula 3 Ligas, 3 Copas, 2 Copas Ibíéricas y 4 Supercopas de España.
El Real Madrid recupera su sección de rugby justo cuando este deporte inicia su camino hacia la profesionalización con la Liga Superibíérica. ¡Y quíé mejor compañero de viaje!
