El atomizado mercado italiano de la construcción está a la espera de noticias sobre dos de sus principales jugadores: Salini e Impregilo. La primera, propiedad de la familia Salini, ha reconocido su intención de integrarse con la segunda, en la que controla el 15% del capital, con el objetivo de crear un grupo que compita con los grandes conglomerados europeos y asiáticos de las infraestructuras.
Salini, cuyo último gran hito fue la adjudicación del metro de Copenhague (Dinamarca) por 1.700 millones, cerró 2010 con una facturación de 1.122 millones. La cotizada Impregilo, conocida en España como la aliada de Sacyr en las obras del Canal de Panamá, suma 2.062 millones de cifra de negocios. En todo caso, el tándem italiano quedaría lejos de la más pequeña de las españolas cotizadas, OHL, cuya facturación roza los 5.000 millones.
Salini e Impregilo compiten en un mercado que viene sufriendo un duro ajuste. Su solución es salir de Italia, pero les falta volumen para jugar en las grandes ligas de la construcción.
Salini Construttori, con sede central en Roma, ascendió en el accionariado de la milanesa Impregilo, entre el 5 de octubre y el 20 de diciembre, pasando del 8,13% al 15%. Un paquete que la convierte en el segundo accionista. A partir de este movimiento, ha reconocido tener planes de crecimiento "combinando las mayores constructoras italianas". Eso sí, Salini añade que "no ha tomado una decisión sobre posibles ofertas de compra o canje de acciones".
El calor de una posible opa ha impulsado la castigada acción de Impregilo a máximos de los últimos dos años. La constructora cerró ayer en 2,71 euros, capitaliza 1.091 millones y se apunta una revalorización del 20% en el último mes. La citada opa es más que posible a la vista de que no existe un núcleo duro en Impregilo, donde el 54% del capital está en el parquíé.
En Italia se habla ya de un próximo pulso entre magnates. Frente a la familia Salini, de gran influencia en la construcción, figuran la familia Gavio (con intereses en ingeniería, construcción, concesiones, energía y telecomunicaciones) y los Benetton. La alianza de estas dos últimas les da el 29,9% de Impregilo.
Salini maneja un informe, según Reuters, en el que se calculan sinergias comerciales por unos 100 millones y se avanza que la combinación de ambas empresas debería arrojar una cifra de negocio de 5.000 millones en 2015.
Más encaje geográfico que estratíégico
El argumento a favor de una boda entre Salini e Impregilo es que las dos cuentan con una presencia internacional complementaria. Mientras Salini está fuerte en Europa del Este y ífrica, Impregilo cuenta con notable implantación en Suramíérica y es un agente activo en EE UU. Un hipotíético grupo fusionado actuaría sobre obra civil, concesiones, obra hidráulica y construcción industrial.
Sin embargo, en el sector se habla de divergencias en el encaje estratíégico de ambos grupos. Impregilo es una de las referencias europeas en concesiones, teniendo mayoría en el capital del operador brasileño de autopistas Ecorodovías. Salini, por su parte, pretende centrarse en obra civil.