Viene una íépoca turbulenta en la cual hay que abrocharse el cinturón, según el director general de Saxo Bank en España, Guillermo Galey, y en este escenario la diversificación de las carteras es más importante que nunca. En su opinión, las oportunidades de inversión se presentan siempre y cuando el abanico de elección sea amplio. Galey espera un colapso del mercado en los próximos meses para dar lugar a una nueva etapa.
El Nuevo Lunes
Lunes, 30 de Enero de 2012
Guillermo Galey Arco es Director General de la Sucursal en España y entre sus principales cometidos está supervisar el desarrollo de las operaciones del negocio institucional y privado en España. Con más de 10 años de experiencia profesional en mercados internacionales, ha desempeñado un papel estratíégico para el desarrollo de los mercados español y latinoamericano. Comenzó su trayectoria en Saxo Bank en las oficinas centrales de Copenhague en 2004 y ha trabajado en distintas áreas de banca de inversión en Madrid, Londres y Copenhague. Antes trabajó para The Royal Bank of Scotland en banca privada.
—¿Hasta quíé punto la crisis ha cambiado el perfil del inversor español?
—En España estamos acostumbrado a que las entidades financieras y los “bróker†se centren en ofrecer productos locales. Creemos que esa no es una diversificación correcta desde un punto de vista geográfico y tampoco en cuanto a activos. Centrar la inversión exclusivamente en el mercado español en un momento como este no lo considero correcto. Pero no por la dificultad que puedan atravesar las empresas españolas, sino porque supone limitar la inversión a una sola cesta. Las oportunidades se presentan, siempre y cuando el abanico de elección sea amplio. Nuestra apuesta es que el inversor pueda invertir en materias primas, metales, renta variable, cualquier producto que pueda despuntar en cada momento. Hemos visto subidas en el oro, en el petróleo, y momentos muy interesantes en los “soft commodities†como el maíz, la soja.
—¿Como ven los inversores extranjeros la situación del mercado español a corto y medio plazo? —La inversión extranjera se seguirá produciendo. Aunque España está entre los países con una situación complicada, sigue teniendo cierta estabilidad y seguridad. Y la rentabilidad de los tipos de interíés que ofrecen ahora los valores españoles, pueden ser interesantes. Obviamente la cautela de los mercados internacionales hacia países como España, Portugal o Grecia, sí hace que la visión del mercado sea distinta al pasado.
—¿Quíé escenario espera encontrarse en los mercados en los próximos meses?
—Realmente la situación es crítica y en los próximos tres o cuatro meses podemos ver un colapso, un punto de inflexión en el mercado. Y aunque no lo parezca, puede considerarse con un punto de vista medianamente positivo. Yo creo que la situación que se está viviendo está abocada a un cambio drástico para abordar una nueva etapa de resurgimiento. Situaciones de inflexión se han dado anteriormente y esta no tiene por quíé ser más drástica que las anteriores. Hoy en día, todo el mundo tiene acceso a la evolución de los mercados, de la economía y a la prima de riesgo. Y esto lo hace más notorio o más público, pero que sea más público no quiere decir que sea más grave.
—¿Cuándo cree que puede producirse ese punto de inflexión?
—Nosotros hemos dejado de hacer las previsiones anuales porque hemos visto que es muy complicado ver que pasará de aquí a 12 meses. Nos hemos centrado en una revisión cuatrimestral. No obstante, creemos que al final del primer trimestre y el principio del segundo trimestre puede ser un momento en el que se produzca un punto de inflexión.
—¿Cuál puede ser el detonante, en su opinión?
—Creo que es una mezcla de distintos aspectos. El euro, obviamente presenta una debilidad frente al dólar y nuestra apuesta es un euro más bajo que el actual. Igualmente creemos que el mercado de renta variable va a seguir bajando y nuestra apuesta concreta en el mercado español sigue siendo bajista. Hemos vivido una íépoca de sobre apalancamiento, de excesiva deuda, tanto de particulares y empresas como de gobiernos. Y se ha demostrado que esto nos ha llevado a la situación que ahora estamos viviendo. Esta no es la fórmula. La apuesta por el desapalancamiento de los mercados, de las empresas, de los individuos es clara y se tiene que producir. Obviamente unos lo pueden hacer de manera voluntaria porque tiene la capacidad para hacerlo y otros sectores que se pueden ver forzados a ello. Y esa inercia puede producir con un momento de inflexión, con una caída de los mercados, con un nuevo punto de partida. Al aunarse estos factores, únicamente cabe marcar un punto de inflexión. La deuda, la situación europea que viven los países en estos momentos necesitan de esta reconstrucción. No creemos que la situación sea más crítica para un país que para otros. Es un modelo europeo en el cual seguimos creyendo y este nuevo punto de partida sentará bases de una predisposición distinta hacia los mercados.
—¿Intenta suavizar un mensaje apocalíptico?
—No creemos que se vaya acabar el mundo, sino que un paso más hacia una nueva situación financiera en los mercados. En el caso de Europa, esto tiene que llevar a una unificación fiscal que favorezca que los países tengan un control más unitario y no a distintas políticas fiscales que lleven a una diferenciación por parte de cada país y que surjan estas situaciones de dos velocidades. Este paso tiene que venir marcado por un momento crítico. Si queremos tener una Europa unificada eso implica una unificación social, política y monetaria. Apocalíptico es un fin. Esto sería un punto y seguido. Hablar de los mercados se ha convertido casi en una parte de la información de la "prensa rosa", pero momentos críticos en la economía se han producido anteriormente.
—¿Cree que se van a intensificar los movimientos corporativos en el sector? —Creo que eso es algo más que obvio. Igual que ocurre con los países, hay que poner a punto las compañías y ya no es suficiente con ofrecer un producto más, sino tener un modelo diferenciado del resto. Se producirá una cierta unificación. No tiene sentido que un país como España cuente con tal número de bancos, Cajas y entidades financieras. Sobrevivirán los mejores y será tambiíén una buena oportunidad para entidades con más pulmón financiero y para incrementar su presencia geográfica a travíés de adquisición o de la fusión con otras entidades.
—Saxo Bank ha incrementado su presencia en España y amplía el espectro de su modelo de negocio. ¿El momento del mercado es bueno para realizar una apuesta de estas características en un escenario tan marcado por la incertidumbre?
—La apuesta de Saxo Bank es una apuesta por la internacionalización de los mercados. La visión del banco siempre ha estado centrado en el extranjero y no tanto en Dinamarca, país de origen. A priori, puede resultar llamativa esta apuesta, pero los mercados siguen estando activos y la diversificación es muy importante. El propósito de Saxo Bank, es poner en manos de los clientes particulares y profesionales una herramienta que de acceso a todo el mercado global de capitales. Viene una íépoca turbulenta en la cual hay que abrocharse el cinturón y es importante poder tener acceso no solo al mercado local sino invertir en el mercado más amplio tanto en renta variable, derivados, divisas u opciones. España es un mercado atractivo, y la situación económica mundial o en concreto la europea, no deja de restar importancia al hecho de que hay demanda de productos financieros por parte de los inversores españoles. La crisis, ya se ha dicho, es un momento de oportunidades y el inversor como cualquier cliente, de cualquier negocio, se vuelve más exigente y demanda un servicio de más calidad y más transparente. Y esta ha sido la apuesta de Saxo Bank. Queremos transparencia en el acceso a todo el mercado de capitales.
—¿Cuál es la estrategia de negocio en España?
—Nuestra apuesta, hasta la fecha, era alcanzar acuerdos con instituciones locales. Y desde ese punto de vista hemos querido combinar una fortaleza tecnológica y un desarrollo de un producto muy avanzado con un conocimiento local. Ahora, tambiíén queremos dirigirnos a un mercado de clientes particulares profesionales o de alto patrimonio. Creemos que puede ser una puerta de entrada de nuevo negocio. Nuestro objetivo es seguir creciendo y mantener nuestro liderazgo en un mercado cada vez más competitivo.