Los casi cuatro millones de jubilados que viven en Florida no escapan a la crisis y son conscientes del poder de su voto, pero este año los afiliados republicanos tienen el dilema de elegir entre candidatos que buscan privatizar el sistema de pensiones.
El martes, se llevarán a cabo las elecciones primarias en Florida (sureste de Estados Unidos), para elegir al candidato republicano que se disputará en noviembre próximo la Casa Blanca frente al presidente, el demócrata Barack Obama.
"Para los jubilados y las organizaciones que prestan servicios sociales a esta comunidad, la mayor preocupación es que quiten los beneficios públicos que da el seguro social y del que dependen en el condado de Miami un 60% aproximadamente", dijo a la AFP Max Rothman, presidente de la organización Alliance for Aging, una organización social sin fines de lucro para el adulto mayor.
Las personas mayores de 65 años en Florida representan el 17.3% de la población de más de 19 millones de habitantes, por encima del 13% a nivel nacional, según el censo 2010. De acuerdo a informes locales, es una comunidad con alta participación electoral.
"Yo siempre he sido republicana y voy a votar el martes, pero no síé todavía por quiíén", dijo Barbara Johnson, una mujer de 71 años, que imparte clases de bordado en el centro de jubilados S.W Focal Point en Pembroke Pines, ciudad al norte de Miami.
Johnson no cree que ninguno de los dos principales candidatos republicanos, Mitt Romney o Newt Gingrich, privaticen el sistema de pensiones (seguro social) y los seguros de salud públicos (Medicare y Medicaid), como propusieron al principio de la campaña.
Codiciado electorado
La promesa de esta reforma fue obviada completamente en esta semana de campaña, en la que los candidatos tratan de conquistar al codiciado electorado de Florida.
Barbara Johnson enseña manualidades a mujeres de su generación en un centro de retirados donde pudo emplearse despuíés que su pensión como asistente de maestra no le alcanzara para pagar los más de $8 mil anuales en seguros de propiedad e impuestos.
"Creo que mis padres pudieron ahorrar más de lo que nosotros podemos en esta etapa de mi vida", dijo, atribuyendo su necesidad de trabajar en sus años dorados a un declive general de la economía de su país.
El conservador Newt Gingrich propone que aseguradoras privadas compitan con el Medicare, programa que hoy en día se paga de los sueldos de los trabajadores, mientras el moderado Romney aboga porque no se toque esta ayuda ni a los pensionados actuales, ni a quienes están cerca de la edad jubilación, pero optaría porque las generaciones jóvenes ingresen al mercado privado.
En cuanto al Seguro Social, Gingrich es partidario de que se díé a la gente la opción de seguir con el sistema público o invertir en fondos de pensiones privados. Romney tambiíén propone la opción de los fondos de pensiones privados pero quiere aumentar la edad para calificar a los beneficios y que esos beneficios estíén basados en los sueldos.
Eneida Landin, de 73 años, es de origen cubano y tambiíén va a votar en la primaria del martes, pero no ha escogido a su candidato."Tengo que ver mejor quiíén tiene un programa confiable para recuperar la economía, porque esa es la mayor preocupación de los hijos", dijo a la AFP.
"Pero yo no creo que ellos cambien el seguro social, no es posible", apuntó. En S.W Focal Point, la mayoría de los abuelos provienen de la clase media y alta y cuentan con este centro comunitario ejemplar en el sur de Florida, donde pagan montos ínfimos -entre $6 y $20 al mes- por clases de yoga, zumba, natación y computación.
Mantener los programas públicos
John, un señor de 75 años que se niega a dar su apellido, prefiere hablar de cómo acaba de aprender a usar el programa informático Skype, a travíés del cual habla con sus nietos a diario.
Al ser consultado por su preferencia electoral responde tajante: "No quiero saber ni los nombres de los candidatos republicanos, yo soy demócrata y votaríé en noviembre", dijo en el salón de juegos.
Para Elena Renner, una mujer de 90 años que se enorgullece de haber votado toda su vida, "lo más importante es pedir a los políticos que se mantengan estos programas públicos".
"Yo enviudíé, no tuve hijos y me quedíé sola. Menos mal que existe este lugar, que lo paguíé con el trabajo de muchos años precisamente en el área del cuidado de adultos", dijo Renner, dudosa de participar en la primaria del martes.
Para Rothman, experto en el campo del cuidado de personas mayores, es necesario que a los políticos se les insista sobre la necesidad de que los programas financiados por el estado local y federal "continúen y se amplíen" para atender las necesidades cada vez mayores de este grupo, a raíz del aumento de la población de personas entre los 75 y 85 años.