Una revolución tecnológica está empujando a Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, a una batalla con otros poderosos intereses en Míéxico, en una especie de pleito escolar en versión de multimillonarios: con insultos, anuncios críticos, contratos cancelados e incluso empellones.
Para el asombro de muchos mexicanos, compañías acostumbradas a aplastar a sus competidores ahora enarbolan el estandarte de una cruzada contra los monopolios.
En las últimas semanas, los titanes corporativos han publicado anuncios de plana completa en los que se acusan mutuamente de mentir, hacer trampa y conspirar para cobrar cargos excesivos a los clientes, acusaciones reforzadas con frecuencia por estudios oficiales que afirman que los mexicanos pagan bastante más de lo que deberían por muchos servicios porque las empresas más grandes no enfrentan competidores fuertes.
La disputa alcanzó nuevos niveles la semana pasada, cuando reguladores antimonopolio se presentaron en las oficinas de Iusacell SA, una empresa de telefonía celular, para entregarle formalmente la notificación de que su intento de aliarse con Televisa, la mayor cadena televisiva del país, había sido rechazado.
El más fuerte
La propuesta habría creado un rival más fuerte que las compañías telefónicas y de internet que son la base de la fortuna de Slim, calculada en 74,000 millones de dólares. Y habría formado una alianza empresarial entre las únicas dos televisoras en Míéxico que tienen alcance nacional.
Los trabajadores de Iusacell modificaron el número de las oficinas corporativas en la calle en un aparente intento por confundir a las personas que llevaban la notificación, de acuerdo con un funcionario de la Comisión Federal de Competencia -entidad encargada de impedir la formación de monopolios- que no está autorizado a revelar su nombre.Cuando empleados de la comisión, acompañados por gran cantidad de policías federales vestidos de civil, intentaron presentar la notificación de todas formas, los guardias de seguridad trataron de impedirles la entrada. Eso derivó en un duelo a empujones y gritos entre gran cantidad de abogados vestidos de traje, guardias y policías en uno de los vecindarios más exclusivos de la ciudad de Míéxico.
La lucha aumentó la animosidad entre los magnates de la televisión y las compañías de telefonía fija y celular de Slim, las cuales se disputan un premio conocido como el "triple play": una sola compañía que proporcione líneas de telefonía fija y celular, así como servicio de televisión y de internet a los consumidores.
Quien quiera que gane ese mercado tendrá la llave para ingresar a los hogares de 112.7 millones de consumidores mexicanos.
Es una lucha que se libra en todo el mundo. Pero en Míéxico sólo están involucrados dos o tres jugadores de importancia. Televisa, la mayor cadena televisiva de Míéxico, decidió invertir 1,600 millones de dólares en Iusacell SA, controlada por Ricardo Salinas Pliego, propietario de TV Azteca, la única otra cadena que tiene alcance nacional.
Los reguladores rechazaron el acuerdo, bajo el argumento de que les preocupan los efectos de una alianza de facto entre las mayores cadenas de la nación. Pero ambas televisoras dicen que el fallo de la comisión deja a Telcel, empresa de Slim, en control de ese mercado, donde ya tiene un 70% de los clientes.
Políémica
Muchos economistas afirman que todas esas compañías podrían ser consideradas monopolios o duopolios, y a pesar de ello manifiestan su supuesto deseo de llevar más competencia a sectores ya de por sí concentrados en pocas manos. "Aquí parece que tenemos una especie de nudo gordiano", dijo Ernesto Piedras, director de la consultoría mexicana The Competitive Intelligence Unit, quien dijo estar a favor de permitir que estos titanes diriman el pleito.
"Alguien decía, es que hay un virtual monopolio y va a entrar otro virtual monopolio. Pues por mí que entren cuatro monopolios: eso se llama competencia", consideró.
Esa parece ser la elección que según muchos enfrentan los reguladores: ¿deberían permitir que los monopolios en un campo se expandan a otros, y esperar que el consumidor se beneficie del conflicto intestino?
Ricardo Alessio Robles, empresario independiente y cruzado antimonopolios, no cree que esa sea la solución. Está de acuerdo con la decisión de bloquear el acuerdo en la telefonía celular.
"Esta alianza de Televisa y TV Azteca, aunque sí le daría un poco de competencia a la telefonía celular, es un matrimonio que por el lado de la televisión no da ninguna certidumbre al país", dijo Alessio Robles, cuyo pequeño grupo de inversionistas perdió un choque contra Cemex, la empresa dominante en el mercado mexicano del cemento, en 2004.
Su grupo intentó importar concreto de Rusia y socavar así los precios de Cemex, pero las autoridades portuarias no permitieron que anclara el buque que lo traía, los estibadores se negaron a descargarlo, y las autoridades fiscales y de aduanas declararon que el navío transportaba contrabando.
"En este sistema... los únicos que han crecido son las 20 familias que están metidas en algún negocio monopólico", recordó el empresario.
Pagan sobreprecioLa Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, con sede en París, dijo que los mexicanos pagaron un sobreprecio de más de 13,000 millones de dólares al año por los servicios de telecomunicaciones que reciben, de 2005 a 2009. La falta de competencia le costó a Míéxico 25,000 millones de dólares al año en el mismo período, agregó.Slim refutó firmemente esa afirmación, y su compañía de telefonía fija, Telíéfonos de Míéxico, S.A. (Telmex), publicó anuncios en periódicos el viernes pasado en los que afirma que el informe de la OCDE citó erróneamente cuotas 87% más elevadas de las que realmente cobra la compañía.Iusacell y Televisa mencionaron el estudio de la OCDE como la razón por la que su alianza telefónica es necesaria, y las autoridades de Iusacell se mostraron como víctimas de estrategias de intimidación por parte de la comisión antimonopolios."Ellos fueron los agresores", dijo Dan McCosh, portavoz de la empresa, sobre los empellones.Eduardo Ruiz Vega, director de cumplimiento regulatorio de Iusacell, dijo que su empresa apelará el fallo y rechazó que la alianza en el mercado de la telefonía celular afecte las operaciones televisivas.Las propias compañías de Slim han inundado los medios de prensa y otros con anuncios tras retirar sus comerciales de las dos cadenas de televisión en lo que dijeron era una disputa en torno a los precios. Slim tambiíén ha acusado a las cadenas de intentar bloquear sus iniciativas para ofrecer televisión de paga. Telmex ha dicho que abrir el mercado de la televisión beneficiaría a más de 55 millones de personas.El gobierno mexicano ha respondido al aparente dilema al proponer que se cancelen todas las restricciones a la inversión extranjera en el sector de las telecomunicaciones, y ofrecerle ayuda a las compañías en la instalación de antenas y líneas de fibra óptica, así como organizar subastas en el espectro radiofónico.
Muchos temen que el poder económico de Slim le permitiría dominar subastas, lo que le abriría la puerta a un dominio de la televisión y de las telecomunicaciones.-