El Zorro, el Búho, y los peligros de la JAZZTELINA
El Bosque estaba triste, por algún extraño motivo, los Pardillos no cantaban. El baile de las hojas de los árboles al caer se antojaba cansino, tan falto de gracia, que ningún habitante les prestaba atención. Los caminos se tornaban lóbregos y largos. Y cuando se cruzaban dos habitantes del Bosque, se saludaban sin ánimo, muy tristes. El Zorro, que estaba tambiíén con el humor por los suelos, decidió consultar con su amigo el sabio y viejo Búho.Y al gran árbol, en el centro del Bosque, encaminó sus pasos.
Al anochecer llegó al gran árbol:
-Zorro: ¡Búho, Búho, Búhooo!.
Los ojos del ave brillaron en la oscuridad. Y pronto su inconfundible figura se dibujó en una rama del gran árbol.
- Búho: Si, Zorro, ¿que te trae por estos lares?.
- Zorro: ¡Vaya!, creí que ya no estabas.
- Búho: Pues ya ves, aquí me tienes.
- Zorro: ¿ Estás al corriente de lo que pasa en el Bosque?.
- Búho: No síé Zorro, acabo de levantarme.
- Zorro: Estas tierras están tristes sin el canto de los Pardillos, -dijo el cánido-, algo misterioso les pasa, llevan sin cantar más de una semana.
-Búho: Pues si que es raro, comentó el ave. ¿Quíé os han dicho?.
- Zorro: Nada de nada, dicen que no tienen obligación de cantar. ¡Y que están muy ocupados!.
- Búho: Quíé raro, señaló la sabia ave. Veamos Zorro, tráeme un Pardillo aquí, y lo analizaremos.
A las dos horas volvió el Zorro con un Pardillo, el Búho, lo auscultó, lo analizó, lo escaneó, le preguntó.... Más todo era inútil. No daban con la enfermedad. De pronto, una luz se iluminó en el veterano cerebro del sabio del Bosque.
- Búho: ¿No será cosa mental?.
Hizo las pruebas pertinentes, y......¡eureka!. Había encontrado la causa. El Búho sonrió, y el Zorro le preguntó intrigadísimo:
- Zorro: ¿Quíé es Búho, que es?.
Este lo miró con sus fascinantes ojos y le dio el diagnostico:
- Búho: Están intoxicados de JAZZTELINA.
- Zorro: ¿Y que es ello Búho?.
- Búho: Algo muy peligroso, y aún no bien estudiado. La JAZZTELINA es una sustancia alucinógena que se extrae del JAZZTEL. Su ingestión produce perdida de la realidad bursátil, fijación por un solo valor, cambios frecuentes de humor... Ya que se pasa del más exagerado de los optimismos, al peor de los pesimismos. Otros síntomas son, ansiedad, monomanía. El afectado está todo el día con gráficos, creyendo ver infinidad de alucinaciones. Se sienten atraídos por el riesgo, y algunos, quizá la mayoría, sucumben en íél.
-Zorro: ¿Es difícil de curar, Búho?.
- Búho: Muy difícil Zorro, ZELTIA aún no ha dado con el remedio, despuíés de años de investigación. La terapia que se recomienda, es sobre todo mental: Tranquilidad, algunos paseos mañaneros, no mirar la Bolsa en una buena temporada. Y...., esto es muy importante!, nada de sucedáneos como la URBASINA, RENOINA, SPSINA, etc.,etc. El paciente debe llevar una vida sana, y ordenada, imprescindiblemente aislado de otros enfermos.
-Zorro: ¿Es contagiosa Búho?.
- Búho: Los investigadores no se ponen de acuerdo, pero se han observado casos de contagio. Es una afección latosa Zorro, y hay que ponerse en marcha ya.
- Zorro: Eso haremos sabio amigo, eso haremos.
Prácticamente todos los habitantes colaboraron, a su manera, en la cura de los pájaros. A los pocos días lograron juntar a 300.000 Pardillos. Casi la totalidad, el Zorro estaba satisfecho:
- Zorro: Y bien Búho, hemos hecho un buen trabajo!.
-Búho: Solo hemos comenzado Zorro. Pero algo es algo, le señalaba el sabio del Bosque.
- Zorro: ¿Crees que lograremos curarlos a todos?, preguntó el astuto animal a su amigo del alma.
-Búho: No, Zorro no, algunos ya son irrecuperables a estas alturas. Los que notíéis agresivos, dejadlos. Con esos no vamos a perder el tiempo. En esas fases tan avanzadas, el paciente se engancha a cualquier cosa, siendo casi imposible su recuperación.
-Zorro: Caray!, vaya con el alucinógeno, Búho.
- Búho: Si, Zorro, si, ya ves.... Las drogas han llegado al Bosque.
A los afectados se les retiró la prensa salmón, el Wifi, los aislaron.... Y se les comenzó a hablar de las bondades de otras sustancias menos adictivas como: NATRACEUTICALINA, ERCROSINA, LA SEDAINA, e incluso, a los que iban mejorando, se les hablaba de clásicas como: SANTANDERINA, BBVAINA, POPULARINA... ¡y algunos hasta lo toleraban!.
A las pocas semanas, la mayoría de los Pardillos, ya cantaban tímidamente. Más el Búho, gran sabio íél, mantuvo con mano de hierro el tratamiento hasta el final. Pronto volvió la alegría al Bosque, y todos se felicitaron por ello. El Búho volvió a sus quehaceres diarios, y el Zorro hizo lo propio con los suyos.
- Zorro: ¡Y todo esto lo provocó el alucinógeno de una acción!, ni el Toro, ni el Oso, me advirtieron de estos peligros. Pensaba el Zorro.
Mientras, los bellos cantos de dos Pardillos alegraban en ese instante aquel bello rincón de su amado Bosque.
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