Hay días y asuntos que hacen que mi oficio cobre sentido. Ayer recibí una persona jubilada, 70 años. Con estudios primarios y muy trabajado, como me dijo. Toda una vida en una fábrica, casi 50 años. Se jubiló a los 65, y en el año 2.009, el director de la oficina de su banco de toda la vida, le llamó por telíéfono…â€hombre Manolo (nombre ficticio), tienes que pasarte por aquí porque tengo algo que puede interesarte. Tú no puedes tener esos 20.000 euros ahorrados en tu cuenta sin moverlos.â€. “Pero Pepe (tambiíén ficticio), como están las cosas…, ¿tú estás seguro?; “Manolo, no tengas cuidado hombre, confía en mí.â€.
Y Manolo se fue a ver a Pepe al banco. Este le dijo que era como un depósito, que le iban a dar el 6% el primer año y el 5% el resto. No le hizo falta saber más. Se lo decía su amigo Pepe…, y además, no iba a engañarle ni íél, ni el banco. Un banco…, un banco no engaña…, me decía.
Ayer “Manolo†me contó que los del banco le habían dicho que ya no tenía los 20.000 euros, eran muchos menos, la mitad, más o menos. Su amigo Pepe no podía recibirle… tenía otros asuntos más importantes que hacer. Manolo no salía de su asombro. Sentía que había sido estafado, directamente. Que los ahorros de toda su vida, que los guardaba para sus nietos, o para alguna urgencia, habían desaparecido…, y todo porque un buen día, ese amigo Pepe que tuvieron cientos de miles de jubilados realizó una llamada a los “Manolos†de turno para “cuidar de sus ahorrosâ€.
Cuando pude ver la documentación que me aportaba, ví que, para el banco y para su amigo Pepe, “Manoloâ€, el operario de fábrica jubilado con estudios primarios y de 70 años, era un avezado inversor en productos financieros complejos. Tampoco “Manolo†sabía que íél “había manifestado expresamente que la contratación de este producto había sido decidida de forma independiente…y tras recabar de terceros distintos del banco, el asesoramiento y la información necesarias, estando capacitado para valorar la conveniencia de esta inversión y los riesgos que la misma conllevabaâ€. Manolo no sabía nada de esto. Manolo sigue creyendo que contrató un depósito muy bueno y que firmó los papeles que su amigo Pepe, el del banco, le puso en la mesa. Cuando le cuento a Manolo que por esto y otras cosas como íéstas, en Islandia han procesado a políticos y banqueros, me mira a los ojos y me pregunta…‿quíé hay que hacer para hacerse de Islandia?â€...
Manolo ya no confía en el banco, ni en los Pepes de los bancos, ni en el Banco de España, ni en la CNMV, que no sabe quíé es, ni en el gobierno, que permite todo esto…, ni en nada, ni en nadie. Solo sabe que su sudor, se lo han secado de una bofetada.
Ni que decir tiene, que iremos a por todas.
Saludos y nos vemos dentro de quince días.
Vale.
Oberon.