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Autor Tema: El mercantilismo de la Reserva Federal de EE.UU.  (Leído 123 veces)

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El mercantilismo de la Reserva Federal de EE.UU.
« en: Febrero 21, 2012, 05:39:23 pm »
Por...   James A. Dorn
 



La decisión de la Reserva Federal de revelar los pronósticos de tasas de interíés a corto plazo pretende esclarecer la polí­tica monetaria y tranquilizar a la población. Al mantener la tasa de fondos federales cercana a cero por tres años más, y al cambiar sus valores de de corto a largo plazo, la Reserva Federal pretende estimular la inversión y el crecimiento. El problema es que manipular las tasas de interíés y asignar críédito a grupos favorecidos fomenta el mercantilismo, no una economí­a de libre mercado.
 
La claridad de los mercados de capital no mejora con distorsionar las tasas de interíés, que son precios relativos. Ni tampoco mejora la polí­tica monetaria si se le pone a cumplir objetivos de polí­tica fiscal o asignación de críédito. Establecer una meta de inflación del 2% es 2% demasiado alta. Las tasas de interíés nominales deben reflejar tasas de interíés reales en un mundo de cero inflación si se quiere que cumplan con su función de asignar el capital de manera eficiente.
 
Al establecer las tasas de interíés nominales a niveles artificialmente bajos, la Reserva Federal está castigando a millones de personas que tienen sus activos en cuentas de ahorro o fondos de mercado monetario y cuya rentabilidad nominal es ahora próxima a cero. Con la inflación del índice del Precios del Consumidor al 3% en el 2011, la tasa real sobre esos activos es negativa. La polí­tica de baja tasa de interíés de la Reserva Federal, diseñada para financiar un Estado grande y estimular el mercado hipotecario, está descapitalizando a familias que no quieren adquirir activos más riesgosos. La virtud privada está siendo penalizada por el vicio público.
 
Los jubilados, o quienes están prontos a jubilarse, por lo general prefieren activos de menor riesgo. Pero con una tasa promedio en una cuenta de ahorros del 0,24%, en una cuenta corriente del 0,22% y con certificados de depósito por un año al 0,53%, los rendimientos nominales están cercanos a cero, y los rendimientos reales son negativos —incluso a tasas de inflación relativamente bajas.
 
Entre más se mantengan las tasas artificialmente bajas, más sufrirán quienes ahorran, y más tentados se verán a tomar riesgos que antes no hubiesen considerado. Los desajustes de riesgo complicarán las polí­ticas de la Reserva Federal cuando las tasas deban subir para evitar una mayor inflación. Los precios de los bonos se vendrán abajo, y los inversionistas que confiaron que la Reserva Federal sostendrí­a los precios de los activos a largo plazo se verán especialmente perjudicados. Habrá una enorme presión polí­tica para mantener bajas las tasas de interíés por más tiempo, aún si la inflación supera la meta del 2% de la Reserva Federal. Así­ que, ¿cómo puede ser esa meta creí­ble?
 
El presidente de la Fed, Ben Bernanke ha dicho que va a darle igual importancia a la estabilidad de los precios que al empleo, según lo establece el doble mandato de la Reserva Federal. Pero la "estabilidad de precios" significa cero inflación, no un 2%. La Fed no tiene una regla de oro: no hay ningún parámetro de guí­a, todo su accionar es discrecional. Y esa discreción sigue siendo influenciada por el pensamiento keynesiano y por una mentalidad de la Curva de Phillips.
 
Bernanke está dispuesto a tolerar un poco más de inflación con el fin de intentar alcanzar un menor desempleo. Sin embargo, íél debe saber que ese pacto con el diablo no funciona. De hecho, el comunicado de prensa de la Reserva Federal posterior a la reunión del Comitíé Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglíés) del 25 de enero señala, "El nivel máximo de empleo depende en gran medida de factores no monetarios".
 
La Reserva Federal ha perdido gran parte de su independencia. El congreso ha pedido demasiado de la Reserva Federal y Bernanke ha ampliado enormemente sus poderes y cartera para poder cumplir. Algunos precios de activos han sido inflados (especialmente el del oro y bonos), pero la inflación general se ha mantenido relativamente baja porque las personas y empresas han mantenido grandes saldos en efectivo y los bancos han depositado su exceso de reservas en la Reserva Federal para un retorno libre de riesgo. La Reserva Federal ha ayudado a crear su propia "trampa de liquidez" mediante el pago de intereses sobre los excesos de reserva, lo que ha reducido el llamado multiplicador de dinero.
 
Sin embargo, conforme la economí­a recupera vitalidad y aumente la demanda de críédito, los excedentes de reservas entrarán al mercado y aumentarán los precios y el gasto nominal. La Reserva Federal entonces necesitará reducir el tamaño de su cartera y cortar la inflación desde la raí­z; pero las autoridades podrí­an reaccionar demasiado tarde. El resultado será la “estanflación”.
 
Bernanke ha puesto a la Reserva Federal en una posición incómoda. No hay manera de que el FOMC pueda predecir con precisión las tasas de interíés o determinar cuál será la asignación de capital más eficiente. Interferir con las tasas de interíés del mercado es un ejercicio de socialismo de mercado, no capitalismo.
 
En la conferencia de prensa que siguió a la reunión histórica del 25 de enero, se le preguntó a Bernanke si la meta de inflación del 2% de la Reserva Federal tení­a la intención de depreciar el poder adquisitivo del dólar. Bernanke respondió que el verdadero propósito es "evitar la deflación". A continuación intentó restarle importancia a la idea de que una inflación moderada pueda erosionar el valor del dinero, porque muchas personas protegerí­an su dinero invirtiíéndolo, no guardándolo bajo el colchón. Admitió que las tasas de interíés son bajas por ahora, pero a largo plazo tienden a "compensar" la inflación.
 
Su respuesta fue toda una maniobra artí­stica. De hecho la inflación siempre erosiona el poder adquisitivo interno del dólar. Con la tasa actual de inflación del 3%, el nivel promedio de los precios aumentarí­a un 34% en una díécada y un 81% en veinte años. Incluso al 2%, el nivel de precios se duplicarí­a cada 35 años —sin importar la tasa de interíés. Al mantener artificialmente bajas las tasas de interíés nominales, la Reserva Federal está negándole a quienes ahorran los medios para proteger sus bienes; sin embargo Bernanke ni siquiera reconoce ese hecho.
 
La transparencia es un objetivo noble, pero se alcanza mejor en un Estado de Derecho y por la libre determinación de los precios. La cruzada de transparencia de la Reserva Federal no ha impuesto ninguna regla sobre la Fed ni nos ha acercado a tener una moneda más sana. Anunciar tasas de interíés a corto plazo cercanas a cero enví­a la señal equivocada, es decir, que la represión financiera y el mercantilismo van a persistir.


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...