Bankia va a por todas contra Bancaja, el socio principal de Caja Madrid en el capital de Banco Financiero y de Ahorro (BFA), la matriz del banco cotizado. Según han confirmado fuentes próximas al caso, la disputa por el reparto del capital deberá dirimirse mediante un arbitraje independiente, tal y como está establecido en los contratos de fusión firmados a finales de 2010.
La medida se producirá despuíés de que el consejo de administración de Bancaja acordase impugnar la decisión del órgano de gobierno de BFA de pedir una auditoria externa para recalcular el valor de las participaciones aportadas por cada una de las siete cajas que integran el holding. Al no haber acuerdo entre las partes, el contrato obliga a saldar las diferencias a travíés de un experto independiente.
El árbitro, todavía por determinar, llamará ahora a las partes para que cada una exponga sus razonamientos, con el fin de escuchar las dos versiones. Con los informes de Caja Madrid y Bancaja encima de la mesa, el experto concluirá un dictamen que se comunicará a los dos implicados en la causa. El informe podría ser recurrido a instancias superiores, por lo que la batalla podría alargarse durante años.
Bankia, asesorado por Cuatrecasas, considera que hubo engaño en las cuentas de Banco de Valencia, que el pasado 20 de noviembre tuvo que ser intervenido por el Banco de España al negarse BFA a aportar capital para recapitalizarlo. La toma de la gestión por parte del Estado se produjo despuíés de que durante casi 18 meses los accionistas de la entidad valenciana no se pusieran de acuerdo para realizar una ampliación de capital.
El desfase patrimonial de Banco de Valencia era conocido antes de que Caja Madrid y Bancaja se fusionaran a travíés de un Sistema Integral de Protección (SIP) en junio de 2010. La creación de BFA y de Bankia se ejecutó posteriormente el 30 de diciembre de ese año, momento a partir del cual se celebraron otros seis consejos de administración más por cada una de las cajas para concretar la participación con la que se quedaría cada una.
Fuentes próximas a Bankia y BFA admiten que es muy difícil ganar un juicio por las valoraciones que se hicieron sobre cada uno de los activos, ya que existen informes realizados por Deloitte, Lazard y Deutsche Bank que refrendaron las tasaciones. Además, dichos estudios fueron aprobados y validados por los distintos órganos de gobierno de Caja Madrid, Bancaja y el resto de entidades, tal y como consta en la CNMV y los registros mercantiles.
La mano de Ignacio González
Fuentes próximas a Bankia explican que detrás de la petición de revisar la valoración de Banco de Valencia está la intención de Caja Madrid de evitar una dilución en el capital de BFA provocada por el canje de participaciones preferentes de la matriz por acciones de la cotizada. Esa operación de 1.277 millones de euros supone ampliar la base accionarial de Bankia, por lo que la participación del conocido como banco malo caerá por debajo del 50%.
Según fuentes cercanas al consejo de administración de Bankia, la decisión de BFA está impulsada por Ignacio González, el número dos de Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid. González ha urdido esta maniobra para que el holding, controlado por políticos del PP madrileño, incremente su ponderación en el capital de cara a futuras diluciones, ya sea por nuevos canjes de preferentes -tiene un total de 6.000 millones- o porque Bankia forme parte de una fusión.
Con este movimiento, Aguirre quiere preservar la mayoría de la que ahora disfruta para mantener el control de Bankia. Este fue uno de los motivos por los que la presidenta de la Comunidad se negó en rotundo a una fusión con Caixbank, ya que el banco con sede en Barcelona pasaría a gobernar la entidad fusionada.