El Catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull, Santiago Niño Becerra ha explicado los motivos por los que España fue bien en el pasado y todo el mundo tenía lo que quería, al tiempo que ha razonado las causas que nos han llevado hasta la crisis actual y ha propuesto dos posibles salidas para nuestro país.
A partir de un gráfico "demoledor" publicado en La Carta de la Bolsa, Niño Becerra indica que el crecimiento del país durante los años del 'España va bien' fue "debido al -no 'gracias al'- endeudamiento privado, de hecho, la deuda pública incluso descendió un poco a partir de mediados de 2004".
Por tanto, para el economista, fue la deuda de empresas privadas, bancos y familias la que dio pie a un crecimiento de la economía española sin precedentes, todo un "entrampamiento continuado, creciente, desde que la mágica frase fue pronunciada". Y es que, Niño Becerra indica que "'España fue bien' mientras la deuda privada española fue escalando posiciones hasta cuadruplicarse en doce años. Ese y no otro fue el milagro español: el endeudamiento".
Pero, ¿no se vio todo esto? se pregunta el economista, al tiempo que responde "¡Claro que se vio!". Sin embargo, "sin ahorro interno, con una bajísima productividad, con un bajo nivel de capitalización de las empresa españolas, la alternativa no podía ser otra que el endeudamiento, sin límite, a tutiplíén, sin freno. Por eso 'España fue bien'".
Al hilo de esto, Niño Becerra vuelve a lanzar una pregunta: ¿Quíé queda ahora? "Pues una deuda neta de 2,85 billones y que prácticamente nadie puede pagar todo lo que debe", señala.
¿Quíé salida elegir?
Por ello, el Catedrático propone dos posibles salidas para la economía española y la de resto de países. En primer lugar, indica que se debe "realizar una cascada de quitas de forma que se compense todo lo que sea posible y luego quitar aquello que sea impagable. La contrapartida de esta política debería ser el PIB: retrocesos enormes -¿30 años en España?- y expectativas de estancamiento sostenido".
Y en segundo lugar, se debe "meter la deuda impagable en un armario, cerrar la puerta, y tirar la llave". En este sentido, el economista indica que "la ventaja es que la deuda puede continuar estando en los balances y registros sin tener que hacer nada especial con ella porque no tendría que ser devaluada, mientras que el inconveniente es que todo tendría dos valores: el real y 'el otro'".
Por todos estos motivos, "España creció como creció, por eso ya no crece ni va a crecer nada durante bastante tiempo, al revíés, decrecerá; eso ya está bastante asumido" indica Santiago Niño Becerra, quien concluye su artículo con una nueva pregunta: ¿Quíé parte de esa deuda puede pagar España?.