Las compañías elíéctricas están en campaña ante el inminente paquete de medidas que prepara el Ministerio de Industria para el sector. Y en tanto se temen un duro revíés en forma de tasas a la generación o una quita al dinero que se les adeuda por el llamado díéficit de tarifa, se decidieron ayer a desglosar el recibo de la luz para demostrar que los consumidores pagan casi todo menos la electricidad consumida. De hecho y según los cálculos que efectúa la patronal (Unesa), de cada 100 euros abonados para sufragar la electricidad en 2010, sólo 44,1 se correspondieron con la energía que llegó a las casas.
“La tarifa se ha convertido en un cajón de sastre en el que los sucesivos gobiernos han ido metiendo mano e incorporando cualquier tema subvencionable. Sobre todo en las íépocas de bonanzaâ€, se explica desde una empresa. De esos 100 euros de una supuesta factura de la luz, un total de 22,2 se destinaron a pagar las primas a las renovables; 18,7 son fiscalidad (un IVA del 18% más el Impuesto de la electricidad); 5,7 euros se fueron en pagar las anualidades de díéficits anteriores, y otros 9,2 en costear asuntos varios. Entre ellos, la moratoria nuclear, la compensación extrapeninsular (por el transporte de la energía a zonas como Canarias), los planes de calidad o la financiación del Operador del Sistema. En total, casi 56 euros.
De los 44,1 restantes, 22,7 euros correspondieron a generación y 17,1 a distribución; Red Elíéctrica se llevó los 4,4 euros finales en concepto de transporte. “22 se destinaron, en el año 2010, a costear el sobrecoste acreditado a la generación con energías de ríégimen especial, como la eólica, solar o cogeneración. Cabe reseñar que estos 22 euros, equivalen al importe destinado a retribuir dos de las tres actividades esenciales para el suministro como son el transporte y la distribuciónâ€, subrayaba ayer la patronal en la presentación de un libro sobre La situación económico financiera de la actividad elíéctrica en España. En esta línea, la patronal ha lanzado una calculadora de consumo en su web para desglosar la factura de cada ciudadano y en quíé se va el dinero que paga.
Ultimátum al Gobierno
El informe presentado ayer es la última llamada de atención de las elíéctricas al Gobierno. Su advertencia está clara: la rentabilidad que obtienen las compañías en España está por debajo de sus costes de financiación. Y pese a todo se ha mantenido un alto nivel de inversión y de generación de empleo estable. “Yo he visto algún ERE en Telefónica y no los recuerdo en una elíéctricaâ€, aseguraba ayer un ejecutivo desde una de las firmas afectadas. ¿Mensaje que subyace? Si el marco regulatorio no se aclara, con una solución para el díéficit tarifa, ese estado de cosas puede cambiar… ¿Toda una amenaza?
“El incremento de los sobrecostes [de las renovables] dependerá de las energías que eventualmente decida apoyar la Administración, pero en cualquier caso la tendencia será al alza. Y (…) el crecimiento del endeudamiento de las empresas elíéctricas como resultado del díéficit tarifario es incompatible con el cumplimiento de las inversiones necesarias en el sistemaâ€, subraya el documento de la patronal. A buen entendedor... El presidente de Unesa, Eduardo Montes, intentó explicar ayer cuál es la situación de las compañías, a las que comparó con bancos. “A una inversión de 90.000 millones sólo se le está sacando un 4,5% de rentabilidad. No creo que haya un banco que díé un críédito al 4%â€, explicó.
En paralelo, se quejó de que los costes de financiación no han parado de subir para las empresas y los fijó en el 6,3% en 2010. “El sector se está descapitalizando. Cuando se habla de los beneficios fabulosos de las elíéctricas, se debe saber lo que se está diciendoâ€, remató. La situación incluso habría empeorado en 2011, con una rentabilidad sobre activos del 4,2% y un coste de financiación del 6,5%. Un desfase en el que el díéficit de tarifa juega un papel esencial, ya que se trata de un dinero que las elíéctricas se apuntan en el balance pero cuyo cobro real aplazan, lo que les supone incurrir en importantes costes financieros que Iberdrola cifraba recientemente en 1.100 millones.
De cara a las medidas que planea el Ejecutivo, las compañías desarrollan un doble lenguaje, mientras se quejan de la falta de interlocución con Industria. El discurso oficial lo escenificaba ayer Montes. ¿Tasas? “Es un error grave, tanto por coherencia como por un concepto tíécnico-económicoâ€, dijo. ¿Una quita? “Nunca nadie nos ha hablado de una quita. Lo que tiene que hacer el Gobierno es la orden de tarifas y peajesâ€, concluyó. En suma, las elíéctricas no quieren ni oír hablar de ninguna de esas opciones para ayudar a financiar los 24.000 millones que se les adeudan por la diferencia entre el coste real de la electricidad y el precio al que se ha pagado desde 2001. Otra cosa es lo que las compañías admiten en privado y descuentan los analistas. Una tasa a la generación se da por hecha.