El Gobierno ha asumido que Banca Cívica no puede continuar en solitario, tal como adelantó El Confidencial a medicados de febrero. Y de las opciones posibles para fusionarse con esta entidad, la que más le gusta es la vasca KutxaBank, por una razón muy relevante: es la única entidad que no necesitará pedir garantías contra píérdidas (EPA, esquema de protección de activos), mientras que cualquier otro candidato solicitaría estas ayudas, según fuentes financieras.
La fusión de las tres cajas vascas tiene capital suficiente para absorber la fusión de Caja Navarra, CajaSol, Caja Burgos y Canarias: de hecho, asegura que posee actualmente una cobertura de sus activos problemáticos superior a la exigida por el Real Decreto de saneamiento, por lo que no tendrá que dotar más. En cuanto a sus necesidades de capital, de 650 millones, asegura que las cubrirá con su excedente de recursos propios.
Para KutxaBank, la adquisición de Banca Cívica tiene todo el sentido , puesto que tendría una complementariedad de red perfecta: el el Norte, podría ampliar su área natural del País Vasco a Navarra y Burgos; y el en Sur, la sevillana CajaSol complementaría perfectamente a la cordobesa CajaSur, adquirida en subasta en 2010 tras su intervención por el Banco de España.
Un portavoz de Banca Cívica no quiso hacer comentarios sobre esta información. Desde KutxaBank se remiten a unas recientes declaraciones de su presidente, Mario Fernández, en las que aseguraba que no mantienen conversaciones con nadie porque están centrados en la integración de las tres cajas vascas.
Los otros candidatos a quedarse con ella están encabezados por La Caixa, que ha estudiado muy detenidamente a Banca Cívica. La caja catalana tiene tamaño suficiente para absorberla sin ayudas, pero fuentes cercanas a la entidad aseguran que no está dispuesta a "hacer el tonto" y a absorber a nadie sin EPA, como les ha ocurrido a Popular con Pastor y a Ibercaja con Caja 3 despuíés de quedarse sin Unnim. Además, sigue sin estar descartado que finalmente tenga que fusionarse con Bankia.
No obstante, La Caixa tiene mucho interíés en la entidad, hasta el punto de haber enviado un equipo a Tenerife para hacer una due diligence a Cajacanarias, según confirman fuentes cercanas a esta entidad; tal es el nivel de detalle con que está estudiando su posible objetivo de compra.
No hay EPA sin nacionalización
Banca Cívica tambiíén ha estado en conversaciones con Ibercaja, que ahora podrían retomarse despuíés de que la aragonesa se haya quedado sin la fusión de las cajas de Sabadell, Manlleu y Terrassa, aunque este fracaso complica extraordinariamente la operación por el reparto de poder. Algunas fuentes hablan incluso de Unicaja. Pero en todos esos casos, el Gobierno se vería obligado a conceder un EPA.
Y el problema es que estas garantías no se pueden conceder sin una intervención de la entidad o, al menos, sin que el FROB entre en su capital mediante la conversión del dinero que le prestó en 2010; en el caso de Banca Cívica, 977 millones. En ese caso, además, habría que realizar una subasta pública, lo que dilataría los plazos porque tendría que ponerse a la cola despuíés de banco de Valencia, NovaCaixaGalicia y CatalunyaCaixa. La opción de KutxaBank evitaría todos estos engorros.
Economía ha reiterado públicamente que no es posible conceder EPA a operaciones entre entidades privadas sin capital del Estado y sin proceso de subasta pública. Esta es la razón por la que se le han negado estas garantías a Braulio Medel, presidente de Unicaja, para absorber Caja España-Duero, operación que pende de un hilo porque el malagueño no está dispuesto a asumir sin ayudas las provisiones que exige el Real Decreto a la fusión castellano-leonesa.