Por... Miriam Castro
Las autoridades brasileñas buscan conseguir un crecimiento económico de al menos un 4% este año, despuíés de que la actividad se desaceleró en 2011.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, está considerando una nueva ronda de beneficios tributarios para ayudar a las agobiadas industrias locales que amenazan con frenar la frágil recuperación de la mayor economía de Amíérica Latina, dijeron el martes funcionarios del Gobierno.
Rousseff se reunió con el ministro de Hacienda Guido Mantega para discutir más exenciones tributarias para los consumidores y la industria, que está sufriendo bajo el peso de una fortalecida moneda local.
Las autoridades brasileñas buscan conseguir un crecimiento económico de al menos un 4% este año, despuíés de que la actividad se desaceleró bruscamente en el 2011 debido a políticas fiscales y monetarias más restrictivas que buscaban contener la inflación.
La economía de Brasil apenas evitó una recesión en el cuarto trimestre y terminó el año con un crecimiento de apenas un 2.7% despuíés de una expansión del 7.5% en el año previo.
Brasil adoptó una serie de medidas de estímulo en diciembre para proteger a su economía de la creciente crisis de deuda en Europa que en ese entonces amenazaba con interrumpir el críédito mundial.
Ahora el Gobierno busca suavizar los efectos de un "tsunami" de dinero barato que ingresó a la economía local que está aumentando el valor del real y elevando los costos de las industrias que fabrican ropa, zapatos y otros bienes.
En las opciones que el Gobierno está considerando están nuevos recortes al impuesto IOF a las transacciones de algunos príéstamos personales, extender las exenciones tributarias a electrodomíésticos y dar beneficios a las nóminas de pago a más sectores, dijeron funcionarios de Gobierno que solicitaron condición de anonimato.
Las medidas, que podrían ser anunciadas en los próximos días, buscarían complementar los agresivos esfuerzos del Gobierno por controlar la apreciación del real.
La moneda vio caer a la mitad sus ganancias en el último año en apenas dos semanas, despuíés de que el Gobierno amplió dos veces el rango del impuesto IOF a los príéstamos internacionales de corto plazo y aceleró el ritmo de las rebajas de tasas de interíés.
El banco central de Brasil recortó la semana pasada su tasa clave en 75 puntos básicos, mucho más de lo previsto, a un 9.75%, su nivel más bajo en casi dos años, en lo que es visto como una medida para ayudar a frenar la apreciación del real.
En una audiencia ante la comisión de asuntos económicos del Senado, Mantega volvió a culpar el martes a los países ricos por depreciar artificialmente sus monedas con una política monetaria expansionista que, según afirmó, está dañando a las economías emergentes.
"Nosotros evitaremos que este tsunami de dinero nos alcance (...) y evitaremos la creación de burbujas financieras", dijo a los legisladores.
El real brasileño operó estable cerca de 1.7988 reales por dólar estadounidense, despuíés de que el lunes cayó a su nivel más bajo en 2 años.
