La zona euro desembolsará hoy la primera entrega (5.900 millones de euros) del segundo rescate de Grecia a sabiendas de que corre un serio peligro de fracasar. El riesgo más inminente estriba en unas elecciones generales (en abril o mayo) que amenazan con transformarse en un plebiscito de rechazo a los ajustes.
Ya nadie duda de que el primer rescate de Grecia (110.000 millones de euros) ha sido un fracaso, aunque sigue en discusión el reparto de culpas entre el dimitido Gobierno de Georges Papandreu (que no aplicó los ajustes prometidos) y los organismos internacionales de la troika (que diseñaron un calendario de ajuste totalmente incumplible). Pero admitida la triste premisa inicial, la incertidumbre se traslada ahora a un segundo rescate (130.000 millones de euros) que hoy empieza a llegar a Atenas en medio de una feroz precampaña electoral.
"Se trata de un periodo especialmente peligroso", advierte uno de los principales responsables de la troika (formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional). "Las promesas", añade con preocupación la misma fuente, "pueden surgir donde menos te lo esperas, en un momento en que hace falta convencer a la sociedad griega de que debe rebajar sus expectativas económicas".
Los dos principales partidos, los conservadores de Nueva Democracia y los socialistas del Pasok, se han comprometido por escrito a aplicar el ajuste exigido por la troika. Pero el pacto puede convertirse en papel mojado en función del resultado en las urnas. Sobre todo, cuando el nuevo Gobierno, según la troika, tendrá como primera tarea concretar nuevos ajustes equivalentes al 5,5% del PIB para 2013 y 2014.
Por un lado, los sondeos apuntan a un claro aumento de las formaciones de extrema derecha e izquierda partidarias de suspender el rescate. Y por otro, la previsible victoria de los conservadores tampoco tranquiliza a unos acreedores internacionales (zona euro y FMI) que desconfían de Antonis Samaras, líder de Nueva Democracia (ND).
Samaras votó en contra del primer rescate (mayo de 2010) y solo ha aceptado a regañadientes el segundo. Su formación dispone de poco margen para renegociar los príéstamos. Aun así, la troika teme que un gobierno de ND monocolor o apoyado en los extremos paralice o retrase el ajuste.
Ante esa amenaza, tanto las capitales comunitarias, como la íélite empresarial y financiera de Atenas apuestan por un gobierno de gran coalición (ND y Pasok) y, a ser posible, presidido como el actual por un tecnócrata como Lucas Papademos. "La experiencia hasta ahora ha sido un íéxito", señalaba la semana pasada el ministro del Estado y portavoz del Gobierno, Pantelis Kapsis, durante un encuentro en Atenas con medios internacionales (entre ellos CincoDías) organizado por la delegación de la Comisión Europea en la capital griega.
Kapsis, que ha sido director de algunos de los periódicos más importantes de Grecia hasta su incorporación al Gobierno de Papademos, niega que la presencia de la troika atente contra la soberanía internacional. "¿Cuál hubiera sido la alternativa?", se pregunta. "La bancarrota y aplicar despuíés la misma austeridad pero de manera más acelerada y dolorosa".
Otras fuentes consultadas en Atenas tambiíén descartan que la nomenclatura conservadora o socialista puedan volver a las andadas presupuestarias y la complicidad con intereses espurios que han arruinado al país.
"No lo tienen fácil, porque necesitan aplicar el programa de la troika si quieren recibir el dinero", señala un redactor de uno de los principales medios de comunicación local. Y el directivo de una gran entidad financiera no oculta su preferencia por una tutela internacional: "Me siento mejor con la troika en Atenas, porque si el nuevo Gobierno intenta dar marcha atrás, cancelará el desembolso del rescate".
La propia troika esgrime esa cancelación en el informe publicado el pasado viernes como paso previo a la inyección de 5.900 millones de euros que tendrá lugar hoy: "Solo cabe esperar la continuación de la ayuda financiera internacional si mejora la aplicación de las políticas pactadas".
Las cifras
6 de mayo es una de las fechas que se barajan en Atenas para celebrar las elecciones generales, el mismo día que la segunda vuelta en las francesas.
5,5% del PIB es el recorte de díéficit adicional que la troika exigirá al nuevo Gobierno griego.