El plazo se agota. Los inversores tienen hasta el viernes para decidir si aceptan la oferta de Bankia para canjear sus preferentes por acciones. La decisión parece fácil, pero conviene calibrar la letra pequeña.
La avalancha de ofertas de canje continúa: el viernes de esta semana concluirá la de Bankia. El banco presidido por Rodrigo Rato cambiará por acciones participaciones preferentes y bonos subordinados por un máximo de 1.274 millones que colocaron Bancaja, Caja Rioja, Caja ívila, Caja Segovia, Caja Madrid, Caja Laietana y Caja Insular. No están dentro de la propuesta, sin embargo, los 3.000 millones de euros en participaciones de este tipo que Caja Madrid vendió en 2009.
BBVA, Santander, Sabadell y La Caixa ya han ejecutado sus respectivos canjes de preferentes. La acogida ha sido un íéxito en todos los casos. Las entidades han cambiado por acciones unos 11.000 millones. Con estas operaciones, la banca consigue dos objetivos. Primero, las entidades refuerzan su ratio de capital Core Tier 1, el más preciado por la Autoridad Bancaria Europea (ABE). Y, segundo, los minoritarios logran liquidez y salen de unos títulos que, en la mayoría de los casos, cotizan por debajo del precio de colocación.
Los canjes propuestos hasta el momento han sido muy distintos entre sí. La fórmula más sencilla es la de canje directo por acciones planteada por Santander. La más compleja fue la de La Caixa, que entregó bonos necesariamente convertibles y tambiíén deuda subordinada con distintas rentabilidades. A medio camino entre ambas en nivel de complejidad se sitúan las de Sabadell y BBVA.
La operación de las preferentes de Bankia -que en realidad están en el balance de su matriz, Banco Financiero y de Ahorros (BFA)- tambiíén conlleva riesgos para quienes acepten. El obvio es que, de entrada, los inversores solo recibirán una parte del dinero que destinaron a comprar las preferentes. Según la entidad, el próximo 30 de marzo recibirán en acciones el 75% de su inversión. El 25% restante está condicionado a permanecer en el capital.
El problema de un precio fijo de conversión
Pero hay un riesgo en ese 75% inicial. Para convertir cualquier cosa en otra hay que establecer una tasa de canje. En este caso, esa variable es el precio de la acción que se determina para calcular cuántos títulos recibirá cada dueño de preferentes. Y con las condiciones fijadas por Bankia, el inversor asumirá píérdidas en el primer segundo en que su posesión se transforme en acciones.
Según el folleto de la oferta, el precio de emisión de las acciones será el mayor de dos: 3,10 euros (la cotización del día 20 de febrero) o la media diaria ponderada por volumen de la cotización de Bankia durante las 90 jornadas previas a que termine el periodo de aceptación de la propuesta (este viernes). Con un cálculo conservador, este último precio superará los 3,3 euros, así que probablemente será el que se fije en la emisión. Y es un valor que está por encima de la cotización actual, que ronda los 2,97 euros; más de un 11% por encima.
Puesto en dinero contante y sonante, por cada 1.000 euros invertidos en preferentes, el dueño recibirá ahora el equivalente a 750 euros en acciones. Para saber cuántos títulos recibe, se divide esa cantidad entre 3,3 euros (el precio de emisión). El resultado es la concesión de 227 acciones, que tienen un valor de mercado de 674 euros, y la promesa de recibir otros 250 euros en el futuro a un tipo de canje que no se conoce.
Fuentes oficiales de Bankia prefieren ser prudentes y esperar a que se cierre el periodo de cómputo antes de hacer valoraciones. El viernes, cuando todos los datos estíén recabados, se trasladará la información a los inversores.
Es cierto que Bankia no se ha inventado ese canje; que la cifra es fruto de la cotización de la entidad en Bolsa. Y tambiíén que la posibilidad de que el precio de emisión de las nuevas acciones sea superior al de cotización es el primer riesgo que Bankia reconoce en el folleto de la oferta. Ese hecho, dice, "impediría a los inversores vender sus acciones en el mercado a un precio superior o igual al precio de emisión".
Además, la conversión de las preferentes supondrá la salida al mercado de un buen número de acciones, con la consiguiente dilución para las nuevas y las antiguas.
Tambiíén es verdad que el inversor no tiene por quíé vender; puede esperar a que suba la cotización y no materializar sus píérdidas. Es más, si quiere recuperar el 25% restante de su inversión, no le quedará más remedio que hacerlo.
Una devolución en varios plazos
El inversor solo recuperará el 100% de su desembolso inicial si se queda con las acciones que ya ha recibido hasta el verano de 2013. En concreto, la entidad ha diseñado una suerte de ventanas que implicarán más títulos para el inversor si cumple una serie de condiciones.
Así, a finales del próximo junio recibirá un 8,3% adicional de su inversión siempre que no haya vendido ninguna de las acciones que se le van a dar a finales de este mes. El mismo porcentaje recibirá a finales de año si ha mantenido al menos dos tercios de los títulos recibidos y ya en junio de 2013 se le entregará otro 8,3% si se ha quedado al menos con un tercio de las acciones entregadas en un principio.
El riesgo es obvio: la evolución en Bolsa de las acciones. En caso de que el ahorrador no quiera estar ligado a la cotización de Bankia, tendría que vender en el acto las acciones recibidas el próximo 30 de marzo. Pero de este modo no recibirá más acciones. Por el contrario, si espera al premio, su inversión dependerá de lo que haga Bankia en Bolsa.
Bankia no es la única, pero los resultados fueron distintos
La filial de BFA no es la única que ha hecho canjes a plazos o que ha tomado la referencia de la cotización para determinar la conversión de las preferentes. Santander hizo lo segundo y Sabadell, las dos.
Pero Santander acotó más el periodo para el cálculo: fueron solo ocho sesiones, que coincidían con el periodo de aceptación. El resultado es que el precio de emisión estuvo mucho más ajustado a la cotización real.
Sabadell tomó los mismos 90 días que Bankia, pero en su caso lo que hicieron las acciones fue subir durante ese periodo. El resultado es que el canje resultó muy beneficioso para los titulares de las preferentes. Es más, Sabadell dio en acciones el 90% de la inversión, con otro 12% (el 10% restante más un premio del 2%) condicionado a la permanencia. Y ya el primer día del canje los titulares de las preferentes tenían más dinero en sus manos (en acciones) de lo invirtieron.