La economía de Irlanda volvió a entrar en recesión en el cuarto trimestre de 2011 al registrar una inesperada caída de dos díécimas del Producto Interior Bruto en los tres últimos meses del año respecto al trimestre anterior, según los datos preliminares de la Oficina Central de Estadística (CSO) irlandesa. De esta manera, Irlanda entra oficialmente en recesión al registrar un crecimiento negativo durante dos trimestres consecutivos, ya que en el periodo comprendido entre julio y septiembre el PIB del país descendió un 1,1%, ocho díécimas menos de lo recogido en la estimación anterior.