Por... Carlos Morales
Suiza, urgida de signar el acuerdo.
El pacto implicaría la imposición de tributos a las cuentas suizas y gravando con una tasa punitiva de interíés el dinero no declarado.
Alemania y Suiza tienen prisa por revisar un acuerdo tributario sobre las cuentas bancarias en el extranjero antes de fines de marzo, en un esfuerzo de las autoridades helvíéticas por preservar el secreto en que se basa su industria bancaria de 2 billones de dólares.
El pacto implicaría cimentar una base para los esfuerzos de Suiza por mantener su antiguo secreto bancario mediante la imposición de tributos a las cuentas suizas y gravando con una tasa punitiva de interíés el dinero no declarado.
Sin embargo, la oposición de parlamentarios alemanes aún amenaza con descarrilar el acuerdo, que fue alcanzado originalmente en agosto pero que ha sido criticado rotundamente por el partido Social Demócrata de centro-izquierda por ser demasiado indulgente con los evasores.
Suiza ya acordó pagar a Alemania 2,000 millones de francos suizos (2,190 millones de dólares) por los fondos no declarados en el pasado depositados en bancos suizos. Con la crisis de la zona euro aún demasiado cerca, Alemania quiere cimentar un acuerdo a tiempo para que entre a regir en el presupuesto del próximo año.
Acuerdo cercano
Un acuerdo paralelo entre Gran Bretaña y Suiza firmado a inicios de esta semana ha generado expectativas de que el pacto está cerca.
Negociadores de Alemania y Suiza se reunieron en Berlín el fin de semana, y una persona cercana al lado helvíético dijo que Alemania ha vuelto a las conversaciones con una renovada voluntad de sellar el acuerdo, aunque sin echarse atrás en su exigencia de una mayor tasa impositiva.
No obstante, el acuerdo aún podría ser torpedeado por los parlamentarios socialdemócratas, como el influyente Peer Steinbrueck, quien despertó un sentimiento anti-suizo en el 2009 como parte de una campaña en contra de los evasores.
Steinbrueck, que ha llevado la voz en contra del acuerdo de retención de impuestos en el pasado, ha tocado un nervio populista con sus apreciaciones. Unos 86,500 alemanes han suscrito hasta ahora una solicitud contra el acuerdo, según el grupo de presión Campact.
Si las negociaciones se caen, podrían ser un punto de quiebre en la defensa del secreto bancario de Suiza.
Mientras los gobiernos suizo y germano intentan salvar el pacto, banqueros y expertos en Suiza están hablando cada vez más sobre algo que antes era impensado: abrir los datos de las cuentas bancarias suizas a un intercambio automático de información.
"Si Suiza no puede persuadir a suficientes países para acordar un impuesto de retención, la presión sobre el secreto bancario no va a cesar. Hay que esperar unos meses para ver lo que produzcan las negociaciones diplomáticas antes de evaluar si hay necesidad de cambiar estrategias", dijo el consultor de KPMG Joerg Walker.
Un portavoz del Gobierno helvíético dijo que Suiza está buscando una resolución para las negociaciones a fin de mes, una fecha clave si ambos gobiernos quieren que sus acuerdos sean aprobados por los parlamentos a tiempo para que entren a regir en enero.
Suiza busca un pacto que no altere las condiciones originales y centrales del acuerdo, dijo el portavoz.