El Gobierno adelantó en los dos primeros meses del año buena parte de las transferencias que recibe la Seguridad Social a lo largo del ejercicio para apuntalar el pago de las pensiones. Este adelanto de liquidez pretende evitar que la caja del sistema quede en niveles peligrosamente bajos. La Administración central adoptó esta medida ante la fuerte caída de los ingresos por cotizaciones, que bajaron un 4% hasta febrero.
Los datos de ejecución presupuestaria hasta febrero de la Seguridad Social mostraron un incremento del superávit que el propio Ejecutivo se afanó en matizar. En los dos primeros meses del año, los ingresos por transferencias corrientes se incrementaron hasta los 4.126 millones, un 147% más que en el mismo periodo del año anterior. Ese aumento se explica por la mayor aportación del Estado central. El Ejecutivo ha optado por adelantar a principios de año una parte considerable de las transferencias que la Seguridad Social recibe a lo largo del ejercicio con el objetivo de mantener la liquidez en la caja del sistema. Se trata de una medida extraordinaria que ilustra el deterioro de las cuentas del sistema de protección.
En cualquier caso, fuentes de Empleo aseguraron que sin los recursos procedentes de la Administración central, la Seguridad Social no hubiera tenido problemas para abonar las pensiones correspondientes a febrero. Sin embargo, reconocen que la situación es compleja ante la fuerte caída de las cotizaciones que, en solo dos meses, han descendido un 4%. Y, en el mismo periodo, el pago de las pensiones contributivas avanzó un 4,5%. "Esta brecha no debe causar alarma, pues las pensiones con este Gobierno están plenamente garantizadas", apuntó el secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos.
El incremento de las transferencias del Estado permitió que la Seguridad Social alcanzara un superávit de 5.808 millones, un 0,55% del PIB. Sin el auxilio del Estado, los ingresos no financieros hubieran caído un 0,27% y el excedente bajaría hasta los 3.331 millones, un nivel inferior al superávit registrado en los dos primeros meses del año anterior. Por otra parte, el adelanto de liquidez a la Seguridad Social -y tambiíén a las comunidades autónomas- explica, en parte, el mal resultado de la ejecución presupuestaria de la Administración central que, hasta febrero, registró un díéficit de 20.668 millones frente a los 13.840 millones del mismo periodo de 2011.
Descenso de los ingresos
Hacienda alerta de que los datos aún no son indicativos de la evolución del conjunto del año al no reflejar los recortes del gasto ya aprobados ni la subida del IRPF. Aun así, resulta inquietante la caída de los ingresos ligados al consumo. La recaudación del IVA bajó un 9,8% y, en este caso, febrero sí que resulta un mes significativo, ya que se incorpora el pago del impuesto de las pymes correspondiente al cuarto trimestre de 2011 y tambiíén los devengos de diciembre y enero de las grandes empresas.
Por otra parte, la recaudación de impuestos especiales se redujo un 3,3%, lo que constata la atonía del consumo. Los ingresos no financieros totales cayeron un 1,3%, cifra que evidencia que cumplir el objetivo de díéficit del 5,3% para este año será muy complicado.
Montoro anuncia reformas en los grandes tributos
El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, confirmó ayer que caben reformas parciales dentro de los grandes impuestos para conseguir "contribuciones más equilibradas y mejor ponderadas entre los agentes económicos".
Así se refirió Montoro a una posible reforma del impuesto de sociedades y modificaciones en el IVA, tras presentar un libro sobre el presidente de Bankia, Rodrigo Rato.
Montoro admitió que el Gobierno está trabajando y estudiando estos días esas posibles modificaciones parciales en determinados impuestos, tal y como adelantó CincoDías. El ministro de Hacienda insistió en que el Ejecutivo no hará "una política de elevación de carácter permanente de los grandes impuestos porque perjudicaría al crecimiento económico". Por ello, reiteró que el Ejecutivo no llevará a cabo ningún movimiento tributario que perjudique a ese crecimiento o a la creación de empleo. Montoro indicó que el Gobierno no cree que para superar una crisis "de esta naturaleza" haya que subir los grandes impuestos y añadió que ya se elevó el IRPF, "pero de manera temporal y con vencimiento el 1 de enero de 2014".
A este respecto, aseguró que no se saldrá de la crisis con mayores impuestos, ya que al estar en recesión no se debe actuar sobre ninguna figura tributaria "que lo que haga sea profundizar o empeorar el escenario de crecimiento, deprimir más el consumo y destruir más empleo". Reconoció que España está atravesando momentos "muy difíciles" y que hay que tomar medidas de carácter excepcional, "con esfuerzos y sacrificios que no recaigan sobre las capas más díébiles de la sociedad y sí de forma ponderada entre todos los agentes económicos".