NUEVA YORK -- AMR, matriz de la aerolínea American Airlines, pidió el martes a la Justicia estadounidense que le permita anular todos los contratos con trabajadores afiliados a sindicatos para acelerar su reestructuración tras declararse en quiebra.
La empresa solicitó autorización al Tribunal de Bancarrotas de Nueva York para cancelar esos contratos si los sindicatos se niegan a hacer las concesiones necesarias para que la compañía ahorre el dinero necesario para salir de la bancarrota.
El presidente y consejero delegado de AMR, Tom Horton, envió el martes una carta dirigida a todos los empleados en la que aseguró que la compañía no tiene otra alternativa salvo que los sindicatos acepten firmar nuevos contratos.
“A medida que aumentan nuestras píérdidas y suben los precios del combustible, hay una creciente urgencia para avanzar más rápido†en las negociaciones, señaló Horton.
El máximo responsable de la compañía aíérea dijo que acelerar el proceso de reestructuración de la firma es la única manera de evitar que sea comprada por otra aerolínea, algo por lo que han mostrado interíés United Continental y US Airways.
Hace tres semanas, la tercera mayor aerolínea de Estados Unidos comunicó a sus trabajadores que está dispuesta a congelar las pensiones mientras regula su bancarrota, en vez de eliminarlas, aunque advirtió de que eso reducirá el ahorro previsto.
Todos los empleados de American Airlines podrían así cobrar íntegras sus pensiones con cotización hasta el 29 de noviembre del 2011, cuando la compañía se declaró en suspensión de pagos.
La medida afecta a todos los trabajadores excepto a los pilotos, igual que la petición para anular los contratos de los asalariados con carníé sindical.
American Airlines, con sede en Fort Worth (Texas), reveló el pasado febrero que contempla recortar hasta 13.000 empleos -el 16 % de su plantilla de 88,000 trabajadores- para reducir sus costes operativos en hasta $2,000 millones anuales.
La aerolínea y su matriz se declararon en bancarrota para hacer frente a una deuda acumulada de $29,550 millones, mientras sus activos se reducen a $24,720 millones a raíz del aumento de los costes laborales y del precio del fuel.