Por... Miriam Castro
Una fiscal presentó un pedido a una corte federal en Río de Janeiro para prohibir a la petrolera Chevron y la firma de perforaciones Transocean extraer o transportar petróleo en Brasil.
Una fiscal solicitó esta semana una orden judicial que prohíba a la petrolera Chevron y la firma de perforaciones Transocean de actuar en Brasil, como parte de una acción judicial ambiental por una indemnización ríécord de 10,900 millones de dólares por un derrame de crudo ocurrido en noviembre.
La fiscal presentó un pedido a una corte federal en Río de Janeiro para prohibir a ambas compañías extraer o transportar petróleo en el país, para que tomen medidas inmediatas con el fin de limpiar los daños causados por el derrame de noviembre y para que tapen totalmente el pozo donde ocurrió el accidente.
La petición solicita multas de 500 millones de reales (275 millones de dólares) por día que se viole la prohibición y de otros 500 millones de reales diarios por violación de una orden de limpiar el daño causado y tapar el pozo.
Un pedido similar había sido rechazado por otro juez de Río de Janeiro el 24 de febrero. La demanda es el mayor proceso judicial de carácter ambiental en la historia de Brasil.
La estadounidense Chevron afirma que detuvo la filtración en el campo Frade en cuatro días. En este mes, la firma pidió y recibió permiso para detener las operaciones en el yacimiento.
Esta semana, el mayor sindicato de trabajadores petroleros del país tambiíén pidió a una corte federal de Río de Janeiro que se prohibiera a las compañías operar en Brasil, además de buscar una indemnización no especificada.
Si se aprueba la orden, Chevron perderá los derechos sobre su parte en el campo Frade, que recibió inversiones por 2,000 millones de dólares y producía 80,000 barriles de crudo por día antes del derrame.
Transocean tiene 10 plataformas en Brasil, incluyendo la Sedco 706, responsable de la perforación del pozo accidentado. Cada sonda de perforación cuesta unos 1,000 millones de dólares y su alquiler genera ingresos%s de miles de dólares por día.
La mayoría de las plataformas de Transocean en el país están al servicio de la estatal Petrobras.
El accidente en el campo Frade, al noreste de Río de Janeiro, filtró unos 3,000 barriles de crudo al ocíéano, menos de un 0.1% de los 4.9 millones de barriles que BP vertió en el Golfo de Míéxico por un accidente en el 2010.
Un funcionario del regulador estatal de petróleo, la ANP, dijo a un comitíé del senado brasileño el 22 de marzo que un reporte del organismo concluyó que Chevron no fue "negligente" en el accidente, aunque cometió violaciones operacionales y de seguridad y diseñó de manera inadecuada el pozo donde ocurrió el incidente.
El funcionario tambiíén dijo que el derrame no provocó un daño ambiental irreparable.
"Chevron de Brasil está segura de que en todo momento actuó con diligencia y de manera apropiada, y de acuerdo con las mejores prácticas en la industria petrolera y con el Plan de Desarrollo aprobado por los reguladores", dijo el portavoz de Chevron, Kurt Glaubitz, en un correo electrónico.
Chevron y Transocean dijeron que la acción civil es exagerada, que no cometieron irregularidades y que están cooperando con las autoridades y respetando las normas del sector.
Funcionarios de Transocean no estaban disponibles de inmediato para realizar comentarios.
Las compañías y 17 de sus empleados tambiíén enfrentan cargos criminales que pueden determinar penas de hasta 31 años en prisión.
Las acciones de Chevron registraron un alza de un 0.4% a 107.24 dólares en Nueva York, mientras que las de Transocean subieron un 2.93% a 49.25 francos suizos.