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Autor Tema: ¿Es el mercado realmente espontáneo?...  (Leído 243 veces)

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¿Es el mercado realmente espontáneo?...
« en: Abril 06, 2012, 02:37:55 pm »
Por...   Iván Cachanosky
 


En la búsqueda de los orí­genes del mercado pueden encontrarse opiniones contrarias en dos grandes posturas. Aquellos que creen que el mercado surgió espontáneamente frente a quienes opinan que el mercado fue una creación del Estado. Autores reconocidos abundan en ambos bandos. En el presente artí­culo se enfrentarán las opiniones de Karl Polanyi, cientí­fico social que sostiene que el mercado es una creación del ser humano y pone en tela de juicio sus orí­genes. Por otro lado, Friedrich Hayek, Premio Nobel de economí­a en 1974, argumenta que el mercado surge espontáneamente. Además este autor destacará la importancia del rol de los precios para el funcionamiento del libre mercado y que la moneda tambiíén surgió como un proceso espontáneo.

Luego de analizar las posturas de ambos autores, se concluirá si el mercado fue realmente un proceso espontáneo, o si por el contrario una creación del Estado con ausencia de espontaneidad y presencia de planificación centralizada.
 
La postura de Karl Polanyi
 
Karl Polanyi escribe su libro más importante titulado La gran transformación en 1944 en donde dedica un capí­tulo a estudiar cuidadosamente la naturaleza y el origen del mercado.  Es casualmente en ese mismo año, cuando Hayek escribe tambiíén su obra más influyente Camino de Servidumbre.
 
Polanyi sostiene que no es el mercado el que se adapta a las relaciones sociales de los ciudadanos sino a la inversa. En palabras del autor: “En vez de que la economí­a estíé incrustada en las relaciones sociales, las relaciones sociales están incrustadas en el sistema económico".
 
El argumento fuerte que destaca Polanyi, el cuál además se encuentra muy bien documentado históricamente, es en destacar que el verdadero punto de partida en los orí­genes del mercado es el comercio de larga distancia, como resultado de la geografí­a de la locación de bienes, y de la “división de trabajo” dada por el territorio. Insiste Polanyi diciendo, que el punto de inicio se obtiene de los bienes en la distancia, dando como ejemplo la caza. Además, sostiene el autor que  no era el intercambio libre, voluntario y pací­fico lo que predominaba en ese entonces. Más bien, los pueblos  se peleaban por bienes que se ubican en las afueras de sus tribus. Por lo tanto, en primer lugar, el autor sostiene que el mercado comenzó a generarse primero en la “larga distancia” para luego crearse el mercado local apoyándose en sucesos históricos demostrables. Segundo, no era la paz ni la libertad, sino más bien la guerra y la agresión lo que predominaba en aquellos tiempos.
 
De esta manera se llega a la conclusión, argumenta Polanyi, de que el comercio exterior, en sus orí­genes, se encuentra en la naturaleza de la aventura, exploración, caza, piraterí­a y guerra antes que en el trueque. No habí­a mucho espacio para la paz, y si lo habí­a, la gíénesis del acto tení­a que ver con la reciprocidad. Para Polanyi, la transición a la etapa del pací­fico trueque se observa más tarde, cuando los mercados comenzaron a predominar en la organización del comercio exterior.
 
Basándose en eventos históricos, Polanyi argumenta que serí­a hasta temerario afirmar que los mercados locales se hayan desarrollado a partir de actos individuales de trueque. Es por esto que Polanyi sostiene que el comercio interno en la Europa occidental fue creado por el intervencionismo del Estado. Para este autor, nada tiene que hacer la espontaneidad en la creación de los mercados.
 
La postura de Hayek
 
Desde la vereda opuesta, el enfoque es muy distinto. Autores como Friedrich Hayek sostienen lo contrario, que el mercado surgió como un orden espontáneo y no como una creación del Estado.
 
Hayek, destaca la importancia del conocimiento disperso, es decir, el autor sostiene que el conocimiento no se encuentra concentrado. De esta manera, la sociedad posee problemas de información para tomar sus decisiones y será el precio el que sirva de guí­a para la toma de decisiones. De allí­ la importancia de que el mismo no sea intervenido por el Estado. Teniendo en cuenta la historia de la moneda, se observa que el oro surgió espontáneamente. Así­ como la moneda surgió espontáneamente, tambiíén lo hizo el mercado, argumenta Hayek.
 
El problema que tendrá cualquier planificador, sostiene Hayek, es un problema de conocimiento. Con lo cual el conocimiento hay que descubrirlo y luego asignar recursos para intentar maximizar el beneficio. En sí­ntesis, el mercado será un proceso de descubrimiento que se desarrolla espontáneamente.
 
Por su parte, Hayek no ignoraba los puntos que remarca y señala Polanyi. Más aún, Hayek escribe en su artí­culo “El atavismo de la justicia social” que en íépocas antiguas, las tribus si eran capaces de planificar debido a que el conocimiento se encontraba más concentrado. Más bien Hayek utiliza su tíérmino “orden espontáneo” haciendo referencia a la dispersión del conocimiento y que surge como consecuencia de actos voluntarios. Es en este sentido que el autor sostiene que el mercado se creó espontáneamente.
 
¿Por quíé Hayek tení­a razón?
 
Polanyi brinda una crí­tica a la espontaneidad del mercado. Podrá ser cierto que el mercado empezó a larga distancia y que luego termino estableciíéndose en el mercado local y regional. Históricamente, lo ha demostrado sin lugar a dudas. Sin embargo, ¿Quíé haya sido primero en el orden de larga distancia y luego a nivel regional, quita realmente la espontaneidad? ¿O lo realmente importante es que espontáneamente se crearon los mercados, tanto interno como de larga distancia? Que la dirección haya sido de A hacia B o viceversa no cambia el hecho de que los mercados surgieron espontáneamente.
 
Polanyi no fue el único en ver agresión en los tiempos que íél cita. David Hume tambiíén lo hizo notar, al igual que Ludwig von Mises. El segundo, es un autor pro libre mercado y del orden espontáneo. De hecho, el paso de la “guerra” a la “paz” surge porque espontáneamente tarde o temprano algunos individuos comenzaron a ver que era más conveniente comerciar que pelearse. Tanto Mises como Hayek y otros son conscientes de que existió un perí­odo de transición entre agresión y comercio, no es un punto que se niegue.
 
Sí­ es preciso destacar, que el orden espontáneo entendido en los tíérminos hayekianos es en el sentido de que la información se encuentra dispersa, con lo cual nadie puede planificar la asignación de recursos y íéstos nacen de intercambios voluntarios. Polanyi al citar los actos de agresión y piraterí­a en los orí­genes del mercado, en el fondo arremete contra el tíérmino de Hayek. Sin embargo, los autores liberales y austrí­acos que utilizan el tíérmino no ignoraban los actos de agresión de aquella íépoca. Pero así­ es como se hací­an las cosas en aquel entonces, teniendo en cuenta el contexto histórico no es de extrañar que los actos de agresión se encuentren presentes. Además, como ya se mencionó, Hayek resalta que en íépocas prehistóricas las tribus eran tan pequeñas que era posible la planificación porque la información se encontraba concentrada. A medida que avanza la historia y las poblaciones crecen la información comienza a ser dispersa y es en ese sentido que Hayek utiliza el tíérmino orden espontáneo.

Más allá de que Hayek hable de intercambios voluntarios en el orden espontáneo, no es necesariamente un requisito que haya ausencia de agresión para que surja algo espontáneo. De hecho la transición de “guerra” a “paz” mencionado es eso. El orden espontáneo no es ni “satánico” ni “pací­fico” en sí­ mismo, pero surge para favorecer a los actores involucrados intentando reducir la agresión.

No pareciera ser argumento suficiente para criticar la espontaneidad del libre mercado el hecho de que primero hayan surgido los mercados internacionales y luego los regionales, de hecho, tiene mucho sentido. Por último, en cuanto a los actos agresivos de la íépoca, si se encontraron casos de normas informales que respetaban el derecho de propiedad. Normas informales que por el hecho de ser informal surgen espontáneamente. Harold Demsetz en su artí­culo “Hacia una teorí­a de los derechos de propiedad” relata tambiíén los actos de agresión que desarrollaban las tribus de aquel entonces, pero tambiíén explica cómo surgieron normas informales espontáneamente. Por ejemplo, algunas tribus delimitaban territorio con vinchas para marcar como de su “propiedad” un territorio. Sin embargo, si habí­a un indio hambriento y cazaba un animal pero dejaba las pieles no lo condenaban.  Las bandas de cazadores no poseí­an un concepto de propiedad sobre la tierra pero sí­ la respetaban.  Más aún, Martí­n Krause, citando las investigaciones de Frans de Wall comenta que antes de la existencia del hombre ya existí­an normas informales entre los chimpancíés. Si el chimpancíé A compartí­a comida con el chimpancíé B, entonces íéste último luego lo hací­a con el chimpancíé A. Desde este punto de vista, las normas informales son anteriores al hombre y claramente espontáneas.
 
Polanyi, al negar la espontaneidad atribuye la creación del mercado al Estado, pero no todo es blanco o negro necesariamente. El mercado pudo surgir debido a que ya existí­an normas informales utilizadas por los agentes económicos, es un perfeccionamiento de dichas normas. El concluir que el mercado lo crea el Estado debido a que no es espontáneo es simplificar el debate.
 
Referencias
 
Benegas Lynch (h), Alberto. (2011): Fundamentos de análisis económico, 12ª ed. Buenos Aires: ISA Ediciones.
 
Demsetz, Harold. “Hacia una teorí­a de los derechos de propiedad”. American Economic Review. Mayo 1967.
 
Hayek, Friedrich. “El atavismo de la justicia social”. Estudios Públicos N° 36. 1989. 181-193.
 
Hayek, Friedrich. “El uso del conocimiento en la sociedad”. Estudios Públicos N°12. 1983. 157-169.
 
Hayek, Friedrich A. (Octubre 1990): “El significado de la competencia”. Libertas, No. 13, 263-280.
 
Krause, Martí­n. Economí­a, instituciones y polí­ticas públicas. Buenos Aires: La Ley. 2011.
 
Polanyi, Karl. The Great Transformation. Boston: Bacon Press. 1944.
 
Rothbard, Murray. “Down with primitivism: A thorough critique of Polanyi”. Ludwig von Mises Institute. 1961.

von Mises, Ludwig. (1949). La acción humana. Tratado de economí­a. 7ª ed. Madrid: Unión Editorial.


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