El director general del Banco de España, Josíé María Roldán, admitió ayer ante la City londinense que hay que buscar nuevas fórmulas para diferenciar los activos tóxicos de la banca española de los sanos, con el fin de recuperar la confianza de los inversores. Reconoció que la reforma financiera no ha bastado para cumplir ese objetivo, si bien descarta crear un banco malo.
La incertidumbre persiste sobre quiíén aportará el dinero necesario para financiar los procesos de recapitalización pendientes en la banca española, como Catalunya Caixa y Banco de Valencia, y quizá tambiíén Novagalicia. Gobierno y entidades aún no han cerrado un acuerdo sobre cómo ampliar los recursos del Fondo de Garantía de Depósitos, que ya ha costeado los rescates de CAM y Unnim. Josíé María Roldán, director general del Banco de España, insistió ayer en la idea que ya ha apuntado el Gobierno de que será el FGD quien siga costeando el proceso, aunque añadió el detalle de que la ampliación del fondo se articulará a travíés de la titulización de las aportaciones futuras, aunque sin precisar cuantías ni plazos. Es decir, a travíés de un príéstamo de los bancos garantizado por las propias aportaciones, con el fin de que el sector financiero no acuse en su maltrecha cuenta de resultados el impacto de adelantar futuras cuotas.
La declaración de Roldán coincidió con el anuncio oficial de la Comisión Europea, que aseguró ayer que no existe "ningún plan" de activar el fondo de rescate de la UE para recapitalizar los bancos españoles, aunque dejara claro que el mecanismo está listo para actuar si fuera necesario. No en vano, desde Bruselas ya se ha recordado a España esta posibilidad y se ha sugerido el uso del fondo europeo para cerrar cuanto antes la reestructuración. Por su parte, el FMI destacó ayer que el Gobierno se ha tomado "muy seriamente" los problemas del sector bancario y ha tomado medidas positivas.