El Tesoro puede encontrarse con un serio problema para colocar sus emisiones de deuda pública, que hasta ahora eran absorbidas en su mayor parte por los bancos españoles. Los dos más grandes, Santander y BBVA, aseguran haber alcanzado los niveles máximos que les permite su política de concentración de riesgos y, en consecuencia, no van a incrementar sus comprar a partir de ahora, según sus consejeros delegados, Alfredo Sáenz y íngel Cano, respectivamente.
Este último explicó el miíércoles en la presentación de sus resultados que BBVA tiene 27.000 millones de deuda pública española en balance y ya frenó sus adquisiciones en el primer trimestre. "Eso no significa que hayamos perdido la confianza en España, mantenemos una confianza plena, pero hay políticas de riesgo que imponen unos límites a la exposición por países y activos, y en este caso lo hemos alcanzado", según Cano.
En cuanto al Santander, Sáenz aseguró ayer que incrementó sus posiciones en deuda en 5.000 millones en el trimestre, pero añadió que "no tenemos que aumentar nuestras exposición porque ya tenemos una posición razonable". No obstante,el número dos de Emilio Botín no especificó cuál es su posición global del banco en activos del Tesoro español.
Otras entidades, como Sabadell, sí aseguran estar dispuestas a seguir comprando deuda española, tal como afirmó ayer su consejero delegado, Jaume Guardiola. "No hemos fijado un límite de riesgo y tenemos capacidad de seguir invirtiendo", aseguró. El banco catalán sólo efectúa compras de deuda pública española -BBVA ha diversificado en otros países- y que ha incrementado su exposición en 3.000 millones entre el cuarto trimestre de 2011 y el primero de 2012. Ahora bien, la potencia de fuego de estas entidades es mucho menor que la de los dos grandes, y puede no bastar para asegurar las colocaciones del Tesoro de ahora en adelante.
La liquidez del BCE frente al riesgo de las entidades
Según algunos analistas, la banca española tiene capacidad suficiente para comprar toda la deuda pública que necesita emitir España en lo que queda de año (unos 30.000 millones). Y no sólo eso, sino para cubrir todos los bonos en manos de extranjeros que vencen este año en caso de que íéstos no quieran renovar sus posiciones. Eso se debe a la enorme apelación de las entidades españolas a la barra libre de liquidez del BCE, que se ha invertido en buena medida hasta ahora en deuda pública española -el famoso carry trade- y que conserva un enorme potencial ya que los bancos no están usando esos fondos para dar críédito a las empresas ni a las familias.
Ahora bien, este ejercicio teórico no cuenta con que los bancos tienen límites a esa exposición por política de riesgo. Unos límites que antes no existían puesto que las posiciones en deuda pública no consumían capital, ya que se consideraba un activo totalmente seguro. Pero la quiebra de Grecia ha acabado con este mito y la EBA (Autoridad Bancaria Europea) ha obligado a las entidades consideradas sistíémicas a destinar un colchón de capital específicamente a sus posiciones en deuda pública. Algo que ha provocado que establezcan limites a estas carteras de bonos.
No obstante, el Tesoro ya ha adelantado todo lo posible sus emisiones y ha captado 60.000 millones en lo que va de año, las dos terceras partes de los 86.000 millones de euros brutos que espera colocar en deuda a medio y largo plazo en 2012. La cuestión ahora es si esos fondos que restan por subastarse podrán ser absorbidos por el mercado sin el concurso de los dos gigantes de la banca española.