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La empresa petrolera TransCanada Corp prepara un nuevo proyecto de oleoducto entre este país y Estados Unidos, en una variante que se supone evitará críticas en ambos lados de la frontera.
El nuevo diseño del ducto Keystone XL partirá igual desde Alberta y se prevíé llegue hasta Texas, pero bordeará el mapa y no tocará las regiones ecológicas o reservas naturales de Nebraska Sandhills y Ogallala Aquifer, en el centro de la vecina nación.
Estos argumentos principales, además de otros temas políticos, hicieron fracasar la anterior iniciativa de la corporación canadiense, la cual terminó congelada al no recibir la aprobación de la Casa Blanca.
Aquellos que apoyan la idea dicen que este canal petrolero reducirá la dependencia estadounidense del carburante del Medio Oriente, y los detractores alegan que el petróleo canadiense es un crudo sucio, arenoso y portador de riesgos ambientales.
Canadá podría vender su petróleo a China y en otros mercados fuera de Amíérica, si Estados Unidos insiste en rechazar la construcción del Keystone XL, advirtió hace un mes el primer ministro Stephen Harper.
En una entrevista para la televisión, el mandatario conservador expresó su malestar porque la administración del presidente Barack Obama desaprobó el programa valorado en siete mil millones de dólares.
Anteriores anuncios sobre el conducto provocaron fricciones entre ambos países fronterizos. El gobernador de Nebraska, Dave Heineman, convocó una sesión especial del Congreso para desautorizar las construcciones de la compañía TransCanada Corp.
Respaldado por organizaciones ecologistas, Heineman recomendó cambiar la ruta del canal para no perjudicar el manto acuífero de Ogallala, una de las más importantes fuentes de agua potable para las granjas en el centro geográfico estadounidense.