Por... ALMUDENA CALATRAVA
BUENOS AIRES -- Axel Kicillof, artífice de la expropiación de la petrolera YPF, es para sus detractores un soberbio que reniega del mercado y según sus admiradores un brillante defensor del interíés público. Pero casi todos coinciden en que el joven asesor presidencial es un fiel exponente del creciente control estatal de áreas estratíégicas de la economía.
"Los tarados son los que piensan que el Estado tiene que ser estúpido y comprar todo según la ley de la propia YPF, respetando su estatuto", afirmó Kicillof cuando advirtió a Repsol que el gobierno no pagaría unos 10.500 millones de dólares que la petrolera española asegura que vale el 51% del paquete accionario expropiado en Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF).
La expropiación de la mayor parte del paquete accionario que tenía Repsol en YPF (57,43%) fue convertida en ley la noche del jueves con un abrumador respaldo en la Cámara de Diputados. La nacionalización fue denostada por el gobierno español y la Unión Europea, que amenazaron con represalias.
Varios analistas consultados por The Associated Press dijeron que Kicillof, viceministro de Economía y subinterventor en YPF, es uno de los impulsores del creciente papel del Estado en la economía.
Para el consultor Ricardo Rouvier, el ingreso de este economista con una brillante formación acadíémica en el círculo íntimo de la presidenta Cristina Fernández obedece a que ella "apuesta a los jóvenes que se destacan y expresan su inteligencia", con los que se identifica ideológicamente. Fernández representa al ala más izquierdista del Peronismo y promueve el desarrollo con "inclusión social".
Con 41 años, largas patillas y un aspecto informal, Kicillof aparenta tener al menos cinco años menos. La importancia que ha cobrado en el gobierno se manifestó el 17 de abril, cuando explicó en el Senado que el Estado debía recobrar YPF por la falta de inversiones, insuficiente producción y el envío de excesivos dividendos al exterior, entre otras razones.
Ante los senadores, el economista egresado de la Universidad de Buenos Aires se destacó por su seguridad, elocuencia y desenfado, que sus críticos consideraron altanería, falta de educación y escasez de conocimientos sobre el área energíética.
Desde entonces no ha hecho apariciones públicas ni ha dado entrevistas. La AP intentó sin íéxito obtener declaraciones del viceministro.
Según Mariel Fornoni, de la consultora Management & Fit, "el gobierno de Cristina es tan personalista que todos están pendientes de quiíén es la nueva persona de confianza de la mandataria". Kicillof, capaz de dejar en las sombras a su jefe, el ministro de Economía Hernán Lorenzino, "coincide ideológicamente con la presidenta y ella busca lealtad".
Antes de Kicillof, fue el actual vicepresidente Amado Boudou, amante del rock y guitarrista en sus momentos de ocio, la figura favorita de la mandataria. Boudou asesoró a Fernández en la estatización en 2008 de los fondos de pensión.
Desde que en 2003 asumió Níéstor Kirchner, antecesor y fallecido marido de Fernández, el Estado recuperó el control de compañías que habían sido privatizadas en los 90. Así, nacionalizó la empresa de correo, el servicio de aguas y cloacas que estaba en manos de la francesa Suez, el sistema de jubilación y Aerolíneas Argentinas, controlada por capitales españoles.
El Ejecutivo alegó entonces que dichas compañías no habían prestado los servicios adecuados, en sintonía con lo que afirma ahora de YPF, que fue privatizada en los 90 con el respaldo de los Kirchner cuando íél era gobernador de la provincia patagónica de Santa Cruz y ella diputada en ese distrito.
Según indicó a la AP el ex secretario de Energía Emilio Apud, Kicillof tuvo la "idea peregrina de expropiar la empresa invocando la soberanía, cuando en realidad es para satisfacer necesidades de corto plazo, ya que no hay más caja". Varios economistas han advertido del creciente díéficit fiscal.
Apud criticó además la gestión del joven economista en Aerolíneas Argentinas, donde en 2009 fue gerente de Finanzas y luego subgerente. "El resultado fue llenar toda la plantilla de cargos ejecutivos con jóvenes sin experiencia y generar un díéficit" en la empresa, dijo.
¿Que papel jugará Kicillof en el plan de avance del Estado sobre áreas clave como la minería o la energía elíéctrica?
Según la periodista Laura Di Marco, autora del libro "La Cámpora" -que retrata al grupo de jóvenes izquierdistas inspirados en Híéctor Cámpora, un peronista progresista que fue presidente en 1973- Kicillof forma parte del "segundo anillo de notables" de esa agrupación que "tambiíén tienen peso e influencia interna".
Agregó que el joven "siempre estuvo a la izquierda de la izquierda".
El músico Sebastián Rubin, que conoce al viceministro desde que eran compañeros en la universidad, dijo a la AP que admira de su amigo "su inteligencia, su brillantez, la elocuencia y sencillez con la que es capaz de trasmitir ideas complejas, y su decisión y honestidad a la hora de la acción".
Recordó que "cuando fue a recibir su diploma de honor y medalla de oro por ser el alumno más distinguido de su camada en la universidad, el decano en lugar de felicitarlo le preguntó si le parecía bien ir en camisa de manga corta y sin corbata a la ceremonia".
Rubin, que abandonó su profesión de economista, destacó que el discurso de Kicillof es directo y convincente, dos virtudes que muchos políticos han perdido.
"Le veo mucha pasta para la política... no síé hasta dónde piensa Cristina (Fernández) que Kicillof debe seguir su carrera y tampoco síé si íél quiere hacerlo, pero es un muchacho con un gran potencial", afirmó Rouvier.