El siempre apocalíptico Nouriel Roubini -que saltó a la fama por predecir acertadamente la crisis financiera- ha empeorado sus ya de por sí negras previsiones para España. Ahora ya no considera suficiente un rescate de nuestro país por la UE y el FMI, sino que cree que España seguirá los pasos de Grecia con una reestructuración de la deuda pública, es decir, una quita, para 2015. El fracaso de la reforma financiera y la imposibilidad de cumplir los objetivos de díéficit sin crecimiento económico serán las causas de este colapso, a su juicio.
Respecto a la primera, su firma de análisis estima que existen píérdidas en la banca española de entre 130.000 y 300.000 millones, lo que implica una inyección de capital de unos 30.000-40.000 por debajo de esa cifra. Además, a corto plazo le preocupan los problemas para financiarse del sector, por la píérdida de valor de la deuda pública que utilizan como colateral en el BCE y las posibles rebajas de rating de España, que incrementan los recortes de valoración (haircuts) de la misma.
En cuanto al díéficit, estima que España tendría que conseguir enormes ajustes del díéficit primario (el que no depende del ciclo) y del díéficit por cuenta corriente para volver al camino de la sostenibilidad fiscal. "Estos ajuste no sólo no son realistas, sino que se anulan a sí mismos. A falta de estos ajustes, España necesitará apoyo público". Asimismo, cree que el proceso de desapalancamiento iniciado por los hogares y las empresas tiene todavía mucho camino por delante, hasta el 40%-50% del PIB.
Los tres escenarios para España
Roubini presenta tres escenarios para España. El principal (con una probabilidad del 60%) asume que el rescate de los bancos no consigue recuperar la confianza del mercado y, ante la falta de crecimiento económico, la deuda soberana necesita tambiíén un rescate. Así, tanto el BCE como el fondo de rescate europeo EFSF) compran deuda pública española, lo cual permite ganar algo de tiempo, pero no lo suficiente para que nuestro país lleve a cabo reformas estructurales y vuelva al crecimiento. Cuando el rescate se agote, España tendrá que reestructurar su deuda (en 2015).
El escenario más positivo (al que otorga una probabilidad del 15%) implica que la recapitalización proactiva de la banca está acompañada de un cambio en la política europea en favor del crecimiento frente a la austeridad, nuevas medidas de liquidez del BCE y compras de deuda por el banco central e incluso por el fondo de rescate. La recapitalización bancaria logra restablecer la confianza de los inversores en España, y se evita un rescate completo.
Ahora bien, tambiíén presenta un escenario negativo más probable que el anterior (el 25%), según el cual el Gobierno español se resiste a un rescate, lo cual provoca un contagio a Italia y a los países centrales de la zona euro. En vez de poner más dinero en nuestro país, los líderes europeos optan por utilizar el 'cortafuegos' de la UE y el FMI para respaldar una reestructuración ordenada de la deuda en varios países, incluyendo el nuestro, y para facilitar la salida de algunos países del euro a finales de 2013 como pronto.