Por... Lanie Ramírez
Su economía se consideraba invulnerable, pero sabían que la crisis era inminente. El Partido Liberal retiró su apoyo a recortes del gasto y aumentos de impuestos por un total de alrededor de 14,000 mde (18,000 mdd).
En el último trimestre de este año, se incrementó 20% el número de holandeses que tienen que recurrir al mercado, que se convirtió en uno de los 135 bancos de alimentos del país, señalan los organizadores de dichas dependencias.
Las personas que acuden por el sevicio sobreviven con 180 euros (234 dólares) mensuales, cantidad límite para solicitar la ayuda.
“En el primer trimestre, las familias que recurren a los bancos de alimentos de ímsterdam llegaron a los 1,350. Unas 3,000 podrían usar la red de seguridad para fin de añoâ€, señala Piet van Diepen, miembro de la junta del banco de alimentos.
“Estoy solo, de modo que me las arreglo, ¿pero quíé pasa con las familias, con quienes tienen hijos? No síé cómo hacenâ€. dijo Willem Lammers, de 52 años, quien perdió su empleo de envasador hace 6 meses y debe 4,000 euros (5,170 dólares), mientras hacía su novena visita al banco el 20 de abril.
El cambio del panorama político se produce conforme los gobiernos toman medidas impopulares para reducir por lo menos en 450,000 millones de euros (582,000 millones de dólares) el díéficit presupuestario, según cifras recopiladas en los ministerios de Hacienda de los 17 miembros de la Unión Europea.
“Las filas se harán cada vez más largas conforme la gente se queda sin empleo y tiene problemas para pagar el alquiler o la hipotecaâ€, señaló van Diepen.
Agregó que son 23,000 personas quienes obtienen ayuda del banco de ailmentos.
Efecto de la crisis
Ciudades de todo el continente europeo tratan de hacer frente a la mayor declinación de la prosperidad desde la Segunda Guerra Mundial.
Un informe de la semana pasada indicó que el desempleo de la zona del euro llegó en abril al nivel más alto en 15 años y que la economía de la región se contrae por segunda vez en 3 años.
“Antes, la gente no encontraba preguntas, y ahora no encuentra respuestas. Se pensaba que el ingreso, las perspectivas de empleo y los precios de los activos iban a mejorar eternamente. Esa certeza ahora ha desaparecido†manifestó Austin Hughes, economista de KBC Bank Ireland en Dublín.
De Lyon a Valencia
Los europeos cambian de trabajo, de casa y de hábitos en un intento de adaptarse a un menor ingreso, a mercados cambiantes y economías en desaceleración.
Este problema afecta a los habitantes de diversas ciudades europeas, entre ellos los ciudadanos de ímsterdam, que tiene una calificación de “AAA†y cuyo gobierno renuncó en abril -en medio de la oposición- a los recortes presupuestarios.
Igualmente se vieron afectados ciudadanos de Lyon, el centro francíés de pequeñas empresas; de Dublín, donde primero se reveló la inmensidad de las píérdidas bancarias de la zona del euro en 2008. Valencia, que tiene la mayor cantidad de deudas impagas entre las regiones semiautónomas de España.
“Tenemos que habituarnos a una situación que por ahora llamamos crisis y que pronto se convertirá en lo normalâ€, comentó Ramón Congost Valles, director gerente de Aidico, el instituto de tecnología de la construcción de Valencia.
“La gente sentía que avanzaba por la autopista económica camino a una mayor prosperidad. Ahora todo el tráfico parece venir en su contra y a lo único que pueden aspirar es a evitar el desastreâ€, expuso Hughes, de KBC.
Aprender a vivir con menos
“Sabíamos que la crisis era inminente. Sabemos que no somos España o Italia, pero tampoco somos Alemania. Llevará tiempo salir de esto, y eso dependerá de Alemaniaâ€, apuntó Sweder van Wijnbergen, profesor de economía de la Universidad de ímsterdam.
La cantidad tambiíén aumenta en lugares como Gran Bretaña, donde este mes las cifras demostraron que la economía ha vuelto a entrar en recesión en momentos en que se efectúan los mayores recortes presupuestarios entre los 10 países más grandes de la UE.
Melanie van Egeren, de 30 años y habitante de ímsterdam, espera aprovechar el banco de alimentos durante 3 meses más mientras intenta sobrevivir con 800 euros (1,035 dólares) mensuales con un hijo de 8 años.
“Es difícil, pero se aprende a vivir con menosâ€, comentó van Egeren, en abril.