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El presidente electo francíés, Francois Hollande, viajará esta semana a Alemania para reunirse con la canciller federal íngela Merkel, un encuentro que suscita expectativas por sus diferencias sobre las políticas europeas frente a la crisis.
Hollande, quien llegará el martes a Berlín pocas horas despuíés de ser investido, abogó durante su campaña electoral por renegociar el tratado de austeridad firmado en marzo por 25 de los 27 países de la Unión Europea (UE) para incorporar medidas de estímulo al crecimiento y el empleo.
"Europa nos mira. La austeridad no puede ser una fatalidad", dijo Hollande en su primer discurso a la nación tras ser electo y añadió que su objetivo será "dar a la construcción europea una nueva dimensión".
En un momento de descontento popular en la región por los recortes sociales y la píérdida de puestos de trabajo, el representante del Partido Socialista considera necesario poner un contrapeso a las políticas de rigor presupuestario.
La canciller federal alemana declaró que "recibirá con los brazos abiertos" a Hollande, aunque durante los últimos días ha insistido en que el pacto fiscal no es renegociable.
Sobre el encuentro del martes señaló que "será una conversación para conocerse" y auguró que a partir de entonces se desarrollará una buena cooperación.
"Desde que se fundó la República Federal, sabemos que unas buenas relaciones franco-alemanas son simplemente muy importantes para ambos países", añadió.
Pierre Moscovici, portavoz del presidente electo, subrayó que el objetivo es que ambos hablen con franqueza y se logren avances.
El presidente del Banco Central Alemán, Jens Weidmann, criticó la iniciativa de Hollande de cambiar los estatutos del Banco Central Europeo e implicar a esa institución en la política de crecimiento y creación de empleos.
Al igual que Merkel, el titular del Bundesbank rechaza la posibilidad de modificar o renegociar el pacto fiscal de la UE.