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Autor Tema: Fragmentos de vieja historia petrolera...  (Leído 243 veces)

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Fragmentos de vieja historia petrolera...
« en: Mayo 18, 2012, 10:03:58 am »
Por...  Umberto Mazzei 



“La Industria petrolera… es, desde un punto de vista económico, una provincia extranjera enclavada en nuestro territorio”Alberto Adriani, 1931

 
Hasta fines del siglo XIX el petróleo se usó para lámparas y lubricantes. Todo cambió cuando, en Alemania, Sigfried Marcus inventó el motor a explosión, Karl Benz armó el primer coche a gasolina y, en Estados Unidos, Henry Ford creó en Dearborn sus primeros prototipos. Cuando amaneció el siglo XX el petróleo moví­a el transporte por tierra, mar y aire.
 
La historia del petróleo muestra, hasta la Segunda Guerra Mundial, un desfile de personajes variopintos que modelaron la repartición petrolera de hoy dí­a. Una historia con material para varias novelas de acción, protagonizada por dos empresas: La Standard Oil y la Shell. 
 
Estados Unidos y la Standard Oil
 
En 1859, Edwin Drake descubrió petróleo en Titusville, Pennsylvania y arrancó la primera explotación petrolera de Estados Unidos. Diez años despuíés Titusville era la zona petrolera más grande de Norteamíérica. Samuel Andrews – inspirado por los quí­micos alemanes Giusto Liebig y Karl Enger- comenzó, en Cleveland, la refinación de petróleo para hacer kerosene y otros subproductos. Apareció John D. Rockefeller y se asociaron. Vino Henry Flager, y se formó la Rockefeller, Flager & Andrews. La empresa se amplió al transporte e impulsó un cartel transportista que se llamó Standard Oil Co. Gracias a contratos con los ferrocarriles de Vanderbilt, al uso de los primeros oleoductos y al dumping, para 1880 controlaba el 95% del comercio de petróleo en Estados Unidos. Luego se expandió a otros mercados y fuentes hasta cubrir casi todo el mundo.
 
Inglaterra, Holanda y la Shell
 
A horcajadas del nuevo siglo, entran en la escena petrolera Henry Deterding y Marcus Samuel. El primero, de ímsterdam, fue empleado de banco y el segundo, de Whitechapel, comerciaba conchas marinas. En 1900 Deterding ya manejaba la petrolera Royal Dutch Petroleum y Samuel ya tení­a una flota de 8 barcos petroleros, con una concha como emblema. En 1907 se asociaron y nació la Royal Dutch Shell. Sus primeros pozos estaban en Indonesia y comerciaban en el sudeste asiático. En China, entre 1909 y 1911, hubo una guerra comercial entre la Shell y la Standard Oil, que terminó con repartición de mercados. La Shell llevó luego la rivalidad a Estados Unidos y a Míéxico. La Standard Oil (ESSO) debió hacerse tambiíén productora y la competencia entre ambas abarcó el mundo entero.
 
En 1937, a Deterding lo hicieron renunciar porque negoció petróleo con Alemania y murió al año siguiente. En 1925, Samuel se rebautizó como Vizconde Bearstead, despuíés de haber sido Alcalde Mayor de Londres.
 
Mosul / Iraq
 
Desde 1912, los británicos sabí­an que habí­a petróleo en Mosul (Ní­nive), entonces turco. En 1916, durante la guerra, junto con las tropas anglo-indias apareció en Iraq la Srta. Gertrude Bell, aristócrata británica, fluente en árabe, para manejar las relaciones con los jeques de la Mesopotámia. A pesar de que Mosul estaba prometida a los franceses por el acuerdo Sykes-Picot, los británicos la ocuparon y el Foreign Office creo un nuevo trono de Irak, donde la Srta. Bell colocó a su amigo Feisal. Fue la íépoca en que Gran Bretaña sembró reyes por todo el Medio Oriente. 
 
Otro personaje en lo de Mosul fue el armenio Basil Zaharoff, “el magnate de la muerte”, comerciante universal de armas, que nació turco, se hizo griego, fue inglíés y murió francíés. Como agente inglíés, convenció al gobierno griego de Elefterios Venizelos a que invadiese Turquí­a, terminada la Primera Guerra Mundial. Una sangrienta distracción, cuando los turcos, con apoyo francíés y norteamericano, disputaban a los ingleses el petróleo de Mosul. El ataque costó 300 mil muertos griegos y armenios, pero permitió que los ingleses ocuparan la zona que la Sociedad de Naciones le adjudicó luego a Irak (Gran Bretaña). Turquí­a quedó sin petróleo, pero, en 1927, el pozo Baba Gurgur dio su primer petróleo a la Iraq Oil Company, donde Zaharoff era gran accionista. La Iraq Oil se fusionó en los 50s con la Anglo-Persian para crear la British Petroleum-BP. 
 
Míéjico
 
En 1904, Eduard Doheny, un petrolero norteamericano amigo de Porfirio Dí­az, obtuvo concesiones petroleras en Míéjico. En 1908 Porfirio Dí­az le otorgó al ingeniero inglíés Weetman Pearson otras concesiones que hicieron subir rápidamente la producción mexicana. En 1910, Míéjico producí­a 14 millones de barriles al año. La prensa norteamericana criticó a Dí­az y eso coincidió con varios sabotajes. Un pozo en Tampico, de Pearson, ardió por dí­as con llamas de 400 metros, visibles 150 kms mar adentro. En 1911 comenzó la revolución de Francisco Madero, mejicano educado en Maryland, Paris y California, cuyo Plan de San Luí­s Potosí­ fue redactado en San Antonio, Texas. Está documentado que las armas y el dinero que Madero recibió vení­an del Norte. Dí­az abandonó el paí­s en 1911 y Madero asumió la presidencia. En 1912 Madero firmó unos acuerdos con Japón y Victoriano Huerta, su Ministro de Guerra, lo hizo asesinar en febrero de 1913, por orden del Embajador de Washington, Henry Wilson. 
 
Comenzó una larga guerra civil que derramó torrentes de sangre mejicana, de la que Washington y Londres se acusaban mutuamente. En abril, 1914, una flota norteamericana  desembarcó en Tampico y Estados Unidos ocupó la zona petrolera. Argentina, Brasil y Chile protestaron y Estados Unidos se tranzó con instalar a Venustiano Carranza, a quien Doherty admitió haber financiado. En esa coyuntura apareció en Míéjico la Standard Oil, Carranza, en mayo, 1917, emitió un decreto cuyo artí­culo 17 reafirmaba que el subsuelo y sus minerales eran del Estado y condicionaba la compra de tierras por extranjeros. La Shell tení­a una petrolera, El Aguila Mexicana S. A., registrada como empresa mejicana y quedó a salvo. Carranza fue asesinado en mayo, 1920, derrocado por su Ministro de Guerra, ílvaro Obregón, quien en septiembre de 1923 anuló el artí­culo 17. Desde entonces quedó libre hasta que Lázaro Cárdenas nacionalizó el petróleo en 1937.
 
Irán
 
En 1900, en Persia, el británico William Knot d’Arcy, exploraba los fuegos espontáneos de Ormuz y encontró petróleo. El Sha Mozaffaredin le otorgó una concesión para explorar petróleo sobre 1.200.000 km2, todo el paí­s menos 5 provincias del norte. El royalty fue de £20.000 y un 16% de las futuras ganancias. La búsqueda fue cara e infructuosa y D’Arcy estaba arruinado cuando en abril de 1908, en Maidan-i-Naftun, encontraron petróleo en cantidad. Por sus dificultades financieras D’Arcy habí­a tenido que asociar a su exploración a la Burmah Oil y al Almirantazgo Británico, por ese motivo no pudo poner su nombre a la empresa y pasó a llamarse Anglo-Persian Oil Co. de la cual D’Arcy fue nombrado director.
 
En 1911 se construyó un oleoducto de la zona petrolera hasta una refinerí­a en Abadan y comenzó la exportación. El bajo royalty acordado con D’Arcy envenenó las relaciones de Irán con la petrolera por largo tiempo, hasta la anulación de la concesión en diciembre de 1932. La empresa regresó con el nombre de Anglo-Iranian Oil Co. En 1951 fue nacionalizada y regresó como British Petroleum en 1954.
 
Rusia / URSS
 
En su íépoca zarista, Rusia fue productora de petróleo. La principal empresa era Branobel, de Ludvig y Robert Nobel, hermanos de Alfred Nobel, que explotó los yacimientos del Cáucaso (Bakú). Despuíés de la Revolución, los británicos enviaron tropas que sólo retardaron la toma de control por Moscú. En 1921, fue creada la Soyouznef, empresa de la Unión Soviíética para el petróleo que recuperó Baku. En 1922 la producción volvió a ser de 6 millones de toneladas y cuando la URSS, estaba urgida de divisas. El petróleo era su único producto de exportación e Inglaterra y Estados Unidos trataron de boicotear su venta, pero en 1922, con el Tratado de Rapallo, Alemania y la URSS firmaron un contrato de suministro de petróleo al mercado alemán. En 1923, Italia firmó un acuerdo similar que estuvo vigente hasta 1935.
 
El petróleo crea alianzas pintorescas. Los comunistas soviíéticos evitaron el boicot anglosajón aliándose con Harry Sinclair, millonario petrolero casado con una rusa, amigo del Presidente Harding. Sinclair viajó de Londres a Moscú con el soviíético Leonide Krassin y un síéquito que incluí­a dos senadores, para acercar Moscú a Wall Street. En 1925 se aliaban la Vacuum Oil, filial de la Standard, y la Azneft, filial de la Soyuzneft. En 1927 el Chase Bank ya financiaba la red de trenes elíéctricos en la zona petrolera del Cáucaso, la construcción de 200 barcos cisterna y un oleoducto para llevar el petróleo soviíético a los mercados. Negocios si, pero sólo para Wall Street, porque cuando, en 1928, el gobierno español de Primo de Rivera, que creó CAMPSA, acordó  con la URSS un contrato de suministro petrolero, Londres y Washington ayudaron a tumbar la monarquí­a de Alfonso XIII, pero la república mantuvo el contrato. En 1931, Francia tambiíén firmó acuerdos con la URSS. El petróleo ayudó a que el gobierno de la URSS fuera reconocido por todos los gobiernos.
 
Venezuela
 
Hasta 1917, Venezuela era un paí­s agrí­cola, de casi un millón de km2, cuya topografí­a ofrece 18 mil kms. de rí­os navegables, una larga costa y mucha tierra para agricultura. Su población era de dos millones de habitantes y exportaba un millón de sacos de cafíé y 20 mil toneladas de azúcar. La ubicación geográfica era buena, más cerca de New York y Europa que Tampico y con mucho petróleo. Ese año vino a explorar la “Venezuelan Oil Concessions”, filial de la Shell. En 1921, Juan Vicente Gómez, dictador desde 1908, recibió la visita de James de Rothschild, como padrino de la Shell y en 1922 la de agentes de la Standard Oil. El resultado fue una nueva ley de minerí­a, con exención fiscal para la actividad petrolera, un 10% de impuesto a la exportación y un 7,5% de royalty al gobierno.
 
Venezuela remplazó al agitado Míéjico y comenzó a construir carreteras entre los campos petroleros. La fiebre amarilla, el paludismo y el alcohol hicieron estragos entre los obreros, pero para 1938 del paí­s salí­an 2,7 millones de toneladas diarias – un díécimo del total mundial- con destino a las refinerí­as de la Standard Oil en Aruba y de la Shell en Curaí§ao.
 
En diciembre1935 murió Gómez y asumió Eleazar López Contreras. Un nuevo Ministro de Hacienda, Alberto Adriani, inició cambios. Se exigió el pago de parte de los derechos en petróleo y la construcción de refinerí­as en suelo venezolano, para evitar la exportación de crudo a precios irrisorios, cobrar el impuesto sobre esa base y luego importar gasolina cara. Una ley obligó a las compañí­as a dar vivienda a los obreros de los campos petroleros. Poco despuíés apareció muerto, a los 38 años, en Caracas, en su cuarto del Hotel Majestic, Alberto Adriani.
 
La guerra del Chaco
 
Bolivia sufrió tres guerras sobre materias primas. En 1879, la guerra por los nitratos, contra Chile, donde perdió la costa y su provincia de Antofagasta. En 1903, la guerra por el caucho, donde cedió al Brasil la región de Acre.
 
En 1931, fue la guerra del Chaco. El petróleo boliviano era una concesión a la Standard Oil y los yacimientos estaban en Santa Cruz, Tarija y Bermejo. Un explorador paraguayo descubrió petróleo en Villa Montes, en el Chaco boliviano. Cruzar los Andes con un oleoducto, hasta Chile, era entonces imposible. La salida lógica era un oleoducto por el Chaco boliviano hasta Bahí­a Negra, un pueblo paraguayo sobre el rí­o Paraguay, para sacarlo por el rí­o Paraná hasta el Estuario de la Plata. La colaboración de ambos paí­ses era mutuamente beneficiosa, pero...
 
Bolivia estaba bajo influencia de la Standard Oil norteamericana y el Paraguay estaba bajo influencia de la Bovril inglesa y la Shell. Si Bolivia ocupaba Bahí­a Negra el negocio era todo para la Standard; si Paraguay ocupaba el Chaco boliviano el petróleo era para la Shell. Hubo el sólito “incidente” cerca del Fuerte Vanguardia, en el Chaco boliviano y Bolivia declaró la guerra al Paraguay el 12 de mayo, 1932.
 
Durante tres años, 180 mil jóvenes de ambos paí­ses murieron despuíés de sufrir hambre, sed, enfermedades y venenos en la selva. Los diarios dedicaban pocas lí­neas al combate lejano, mientras se peleaba a machetazos en Villa Montes. Indí­genas en uniforme verde contra indí­genas en uniforme amarillo, matándose para que el petróleo fuese de la Standard o de la Shell. Los bolivianos llegaron al rí­o Paraguay, pero al perder el Fuerte Ballivan la “victoria” parecí­a ser paraguaya; Washington llamó, con súbita urgencia, a una Conferencia de Paz y el petróleo quedó donde estaba, bajo tierra, como los jóvenes muertos inútilmente. 
 
Comentario
 
Antes de la Segunda Guerra Mundial, la lucha entre las grandes potencias petroleras dejó muchas ví­ctimas. El petróleo tampoco fue ajeno a la hecatombe de la Segunda Guerra Mundial. Si se omite la retórica ideológica, los campos en esa guerra pueden delinearse muy objetivamente en dos, según su acceso al petróleo. Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Rusia del lado rico en petróleo y del otro Alemania, Italia y Japón


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