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Autor Tema: Nadal no tiene freno  (Leído 407 veces)

Potto

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Nadal no tiene freno
« en: Junio 06, 2012, 09:30:06 pm »
Rafael Nadal se clasificó para las semifinales de Roland Garros despuíés de imponerse en tres mangas a Nicolás Almagro. El balear, que busca su síéptima corona en Parí­s, tendrá que medirse ahora a David Ferrer.

Rafa Nadal suma 50 victorias en Roland Garros, torneo que quiere ganar por síéptima vez y entrar así­ en la historia. El balear, que está a sólo dos victorias de conseguir tan preciada empresa, selló su billete para semifinales tras vencer a Nicolás Almagro por un marcador global de 7-6(4), 6-2 y 6-3 tras dos horas y cuarenta y seis minutos de juego en un choque disputado en una Philippe Chatrier vestida de gala para la ocasión.

Si en su íépoca de dominio en el circuito Roger Federer fue apodado con el sobrenombre de Expreso suizo, a Nadal ahora podrí­amos catalogarlo como una locomotora que no tiene parada en su camino cuando se trata de recorrer ví­as de tierra batida. Da igual quien tenga enfrente, ya se amigo o español, que acaba arrasando allá por donde pasa. Hoy lo hizo con un Almagro que exhibió un nivel notable, pero acabó claudicando ante lo que para íél fue un imposible. Atractivo inicio de partido del murciano, atrevido y acertado en su intento de mantener a Nadal alejado de la lí­nea de fondo. Rafa, por su parte, tiraba al murciano hacia su revíés buscando el fallo que no acababa de llegar. Ambas estrellas brillaban con su servicio, dando pocas o nulas opciones al resto. Sin ruptura alguna de por medio se llegó a la muerte súbita, donde los errores no forzados acabaron por condenar a un Nico que pudo merecer más premio.
Así­ vivimos el partido entre Nicolás Almagro y Rafael Nadal

Le costó encajar a Almagro lo que pudo ser una ocasión perdida para íél. Por eso, tras desconectarse momentáneamente del envite, cedió su servicio en el cuarto juego y acabó poniendo la segunda manga en la bandeja de su rival. Rafa, cada vez más enchufado, mantení­a el rostro serio de concentración, como aquel fogonero de antaño que echaba carbón en la caldera del tren para que no frenara su ritmo.

El balear supo leer el partido y ser paciente a la hora de poner la puntilla al mismo. Almagro comenzó a pegarle con el alma, sabedor de que hay que rendir al 100% para poder hacer daño a Nadal sobre el tapete rojizo. Ahí­ acumula el balear 48 sets consecutivos. Tuvo sus opciones el murciano al resto, hasta cuatro, pero nunca pudo llevar a efecto la ruptura. Ni el murmullo a veces incómodo de la grada ni la lluvia que quiso tener su dosis de protagonismo en el dí­a, impidieron que Rafa pudiera elevar sus brazos al cielo en señal de una nueva victoria. í‰l descansará hasta el viernes, cuando tendrán lugar las semifinales masculinas de Roland Garros, pero la máquina sigue en ebullición. No hay quien la pare.